Todavía no hay señales de vida de Alexei Navalny, el disidente más famoso de Rusia. Eso puede significar mucho: ser trasladado a otra prisión, enfermarse o incluso algo peor. Pero si algo le sucede ahora, quedará claro a qué le teme el cada vez más intocable presidente Vladimir Putin. Incluso si se trata de vallas publicitarias y códigos QR de apariencia inocente.
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