Con su declaración de Molenbeek, Conner Rousseau alborotó la Wetstraat. Sin embargo, encaja a la perfección en su ‘gran’ discurso, siguiendo el ejemplo de su ídolo: la primera ministra danesa Mette Frederiksen. Bart De Wever y Zuhal Demir (N-VA) lo sacaron del círculo. Hay un plan más grande detrás de esto.
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