ANÁLISIS. Los rusos no deben pensar que tras la ansiada contraofensiva de Occidente serán relevados

En el proyecto de presupuesto de defensa que han elaborado los estadounidenses para el próximo año, se reservan 80 millones de dólares para enviar misiles de largo alcance a Ucrania. El infame ATACMS, que Washington nunca quiso entregar hasta ahora. ¿Por qué, como los aviones de combate, esto solo es posible una vez que termine la contraofensiva de Ucrania? ¿Cuestión de precaución? ¿O porque Occidente espera que esas costosas armas eventualmente no sean necesarias?



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