Amsterdam quiere reemplazar el Barrio Rojo con un gran centro erótico con varios pisos, pero ¿quién quiere eso en su patio trasero?

El ayuntamiento de Ámsterdam presentó una propuesta para reemplazar el infame Barrio Rojo con un «centro erótico con varios pisos». Incluso se nombró a un arquitecto para diseñar un edificio con 100 habitaciones para trabajadoras sexuales, cafés, restaurantes, salas de entretenimiento y un centro de salud. Pero la gran pregunta es: ¿de dónde vendrá esto? Nadie está ansioso por tener un centro tan erótico en su patio trasero.

El ayuntamiento de Ámsterdam tenía en mente ocho ubicaciones posibles, pero los residentes ya han anunciado que recurrirán de inmediato si este nuevo edificio se acerca a ellos. Las trabajadoras sexuales tampoco están ansiosas por dejar su lugar familiar en medio del centro histórico de la ciudad.

La alcaldesa Femke Halsema de GroenLinks todavía quiere implementar este plan. Quiere que el centro sea más seguro y reducir la influencia del crimen organizado. También espera que sea más seguro para las trabajadoras sexuales. Un centro erótico moderno basado en el mundialmente famoso Moulin Rouge es la solución ideal, dice ella. «Espero proporcionar un lugar que tenga un poco de clase y le dé la espalda a los criminales tristes y al abuso de mujeres vulnerables», dijo Halsema al periódico británico ‘The Observer’.

“Turistas disfrazados de penes”

“De Wallen es una de las partes más antiguas y pequeñas de nuestra ciudad, pero actualmente está llena de hombres en un fin de semana de soltero y turistas disfrazados de penes que acosan a las trabajadoras sexuales”, dijo Ilana Rooderkerk, líder del partido local D66. “Queremos que los hombres y mujeres que trabajan como trabajadoras sexuales puedan hacer su trabajo de manera segura, pero también queremos que la ‘observación de monos’ sea cosa del pasado. El centro erótico debe poner fin a las molestias en el Barrio Rojo sin causar molestias en otros lugares”.

Sin embargo, esto es lo que temen otros barrios. Gran parte de la resistencia más fuerte proviene del este de Ámsterdam, donde la residente local Mireille Westfa organizó una petición masiva. “Vemos lo que está pasando en la ciudad y vemos a las mujeres obligadas a prostituirse. Respetamos mucho a las trabajadoras sexuales, pero es lo que sucede a su alrededor lo que no queremos en nuestro barrio», dijo Westfa al diario británico ‘The Guardian’.

Se estima que nueve de cada diez trabajadoras sexuales no quieren salir del Barrio Rojo. No quieren mudarse a un «lugar muerto» que además es mucho más pequeño. “Sería bueno tener más lugares para las trabajadoras sexuales, pero cerrar el Barrio Rojo no es una buena idea”, dice la trabajadora sexual Violet a ‘The Guardian’.

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