Abusos, quitar tarjetas importantes y tener que dormir a la intemperie como castigo: según la acusación del Ministerio Público, la «clarividente» Maria K., de 62 años, de Amsterdam, se comporta desde hace años como una tirana. Se dice que utilizó a una mujer como esclava durante quince años en Kampen, Almere, Weesp y Amsterdam.
Deborah Boomsma
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