Alto nivel deportivo

Finalmente voy al gimnasio. Nunca hago ejercicio.

Recibo una ingesta extensa: presión arterial, fuerza, frecuencia cardíaca. Al final de la sesión, el instructor dice: “¿Has practicado deportes de alto nivel en el pasado? Estás realmente en óptimas condiciones”. En casa, en el trabajo, con mis amigos, en todas partes hablo con orgullo de mi mejor desempeño deportivo.

La semana siguiente la puerta del gimnasio no se abrirá. “Verhoeven…” dice el instructor, “algo andaba mal con eso… Oh, sí, tu monitor de frecuencia cardíaca estaba defectuoso”.

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