Alto a los coches de gasolina y diésel, pero el Parlamento Europeo ayuda a la industria pesada

Estrasburgo revisa a la baja la parte del plan Fit for 55 que incentiva a las empresas a reducir la producción de CO2 e invertir en tecnologías más ecológicas: podrán emitir gases de efecto invernadero sin multas hasta 2032

Camino que alterna subidas y bajadas la del paquete Apto para 55 presentado el 14 de julio de 2021 por la Comisión Europea y votado por primera vez el 8 de junio por el Parlamento. Como se sabe, en esa fecha se produjo la aprobación de la propuesta para detener las ventas de automóviles nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035, pero también el rechazo de la reforma paralela del mercado de permisos de emisión de CO2 (Ets – «Emission Trade System») para incentivar a las industrias para que reduzcan aún más sus emisiones e inviertan en tecnologías más ecológicas. Hoy, precisamente sobre esta segunda tendencia y con una nueva votación, la asamblea de Estrasburgo aprobó un texto ampliamente revisado. Más allá de tácticas de fuerzas políticas y tecnicismos normativos, es precisamente la revisión del texto inicial lo que representa un hecho muy significativo, pues por primera vez llegamos a una negociación sobre lo que hasta ahora parecían los principios inviolables del paquete. Apto para 55. Un precedente por tanto que muchos esperan como señal de una menor rigidez futura hacia el giro eléctrico del coche, visto hasta ahora por las autoridades comunitarias como obligatorio para 2035.

El paquete se suelta

El acuerdo obtenido con gran esfuerzo hoy entre los grupos Socialists & Democrats, Renew y EPP trae una revisión bastante profunda de los estrictos límites impuestos por la Comisión a las empresas que se considera que causan la mayor cantidad de emisiones de dióxido de carbono, que seguirán recibiendo sustancialmente más créditos libres de CO2, esencialmente una autorización para emitir gases de efecto invernadero hasta 2032 sin coste adicional. Solo recuerda que el plan Apto para 55 consta de ocho iniciativas diferentes que, en conjunto, tienen como objetivo reducir las emisiones en un 55% para 2030 en comparación con los niveles de 1990, y luego lograr la neutralidad de carbono para 2050. En este punto, sin embargo, es complejo pretender aplicar rigor al total del sector automotriz, con la eliminación de las emisiones del sector del automóvil para 2035. El pasado 8 de junio, el Parlamento había rechazado significativamente la enmienda que proponía rebajar el objetivo de reducción de CO2 del 100 % al 90 %, dejando así de por vida una franja de automóviles con motores de combustión. Además, las negociaciones en Europa se ven afectadas por los cambios en las orientaciones de opinión en los principales países continentales, en primer lugar Alemania. “Dentro del gobierno federal no será posible aceptar esta legislación europea”, reiteró el martes 21 el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, quien agregó que con una prohibición, el motor de combustión no se desarrollará más, al menos no en Europa. y en Alemania, y sería un error: “Lamentablemente, la propuesta del parlamento de la UE no es tecnológicamente abierta”. La pelota pasa ahora a la Congregación Europea, que se reunirá a partir del 24 de junio.



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