Los duros años en el quiosco digital Blendle pasaron factura, afirma Alexander Klöpping. “Me llamaron amigos al orden: esto no va bien, muchacho”. Después de un largo tiempo de recuperación, ha vuelto a ser un nerd tecnológico. Lleno de energía, se lanza a la inteligencia artificial, que le entusiasma, pero a la que también ve sus desventajas: “Gran parte de YouTube es el equivalente a la heroína visual”.
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