Alemania está pasando apuros y ensombrece el crecimiento italiano: por qué las dos economías están tan vinculadas y qué puede pasar ahora


Los últimos datos sobre el desempeño de la economía alemana mostraron una ligera contracción del 0,1% respecto al primer trimestre del año, cuando el PIB había aumentado un 0,2%. Es el signo de un estancamiento persistente de la economía alemana, gracias a la desaceleración de la demanda interna, los altos costos de la energía, la mano de obra y el capital. Por otro lado, en lo que respecta a Italia, el segundo trimestre del año registró un incremento respecto al trimestre anterior del 0,2%, y del 0,9% en términos tendenciales. De ello se deduce que la variación adquirida para el año en curso, que se obtendría si el crecimiento económico fuera cero en los dos próximos trimestres, es del 0,7%. Ahora el índice Zew de confianza de los inversores alemanes muestra un colapso en agosto hasta los 19,2 puntos desde los 41,8 de julio, mucho peor que las previsiones que indicaban una caída menor, de 32 puntos. Este es el valor más bajo de los últimos siete meses. Es una señal más de la desaceleración de la antigua locomotora alemana, que podría volver a transformarse en una recesión técnica o, en cualquier caso, en un estancamiento prolongado, con claras repercusiones en el desempeño de la eurozona y de la economía italiana en particular.

Los efectos de la desaceleración de la economía alemana

Alemania es nuestro principal socio comercial y es preocupante que la desaceleración de la economía alemana afecte principalmente a sectores intensivos en exportaciones. Un problema importante para una economía como la alemana que está muy expuesta a las exportaciones. Según los últimos resultados publicados por Istat, en 2023 las exportaciones italianas a Alemania disminuyeron un 3,6%, hasta 74.650 millones de euros, en comparación con el año anterior; mientras que las importaciones desde Alemania ascienden a 89,68 mil millones de euros, prácticamente sin cambios en comparación con 2022. Los principales productos exportados a Alemania siguen siendo los vehículos de motor, la maquinaria y las piezas de vehículos de motor (todos artículos en crecimiento). En particular, las exportaciones de automóviles a Alemania aumentaron un 28%. Sin embargo, la exportación de otras categorías importantes de productos en el ranking de productos exportados, como medicamentos y preparados farmacéuticos, productos químicos, metales y productos siderúrgicos, está disminuyendo significativamente. También aumentan claramente las importaciones de vehículos automóviles procedentes de Alemania, con un superávit del 26%, y también disminuyen las importaciones de medicamentos, preparados farmacéuticos y productos químicos.

El impacto en el crecimiento de Italia

La composición de los intercambios pone de relieve los posibles efectos de la desaceleración alemana sobre la economía italiana, hasta el punto de cuestionar una vez más la posibilidad, prevista por el Gobierno en el Def de abril, de alcanzar este año el objetivo de un crecimiento igual al 1%, considerado optimista y no compartido, aunque sea por algunas décimas, por los principales pronosticadores internos e internacionales. Además, el Def ya señaló que por primera vez en diez años (a excepción del año en que comenzó la pandemia) las ventas a Alemania disminuyeron, «lo que representa un importante mercado de salida dados los fuertes vínculos económicos que unen a las dos economías». Sin embargo, se produjo un ligero aumento de las exportaciones a Francia y, en mayor medida, a España, acompañado de un mayor incremento hacia Estados Unidos, aunque desacelerándose respecto al año anterior».

El peso de las exportaciones

Istat estimó un ligero crecimiento económico de las exportaciones en junio de 2024 (+0,5%), que sin embargo, en términos anuales, cayeron un 6,1% en términos monetarios y un 8,6% en volumen. En el segundo trimestre de 2024, respecto al anterior, las exportaciones se mantienen estacionarias mientras que las importaciones crecen un 1,1%. La caída interanual afecta especialmente a Alemania (-8,7%), Francia (-8,1%), EE.UU. (-5,4%) y Suiza (-7,8%). Entre los sectores que más contribuyen a la caída: vehículos de motor (-21,5%), marroquinería (-15,5%), artículos deportivos, juegos, instrumentos musicales, joyería, instrumentos médicos (-14%) y productos petrolíferos refinados (- 19,3%). También a la luz de estos datos y de la persistente desaceleración de la economía alemana, será necesario actualizar los datos macroeconómicos y de finanzas públicas en septiembre, lo que constituirá el punto de partida para la próxima medida presupuestaria. Persisten los riesgos relacionados con el actual contexto geopolítico. Según el modelo macroeconómico del Istat, en 2023 la desaceleración del comercio mundial habría reducido el crecimiento de las exportaciones de bienes italianos en volumen en 3,7 puntos porcentuales, el de las importaciones en 1,5 puntos y el del PIB en 0,8 puntos. Los efectos atribuibles sólo a la recesión alemana equivaldrían a 1 punto de las exportaciones, 0,3 puntos de las importaciones y 0,2 puntos del PIB. Si disminuye la contribución de las exportaciones a la consecución de los objetivos de crecimiento, se hace aún más marcado el apoyo del Pnrr, que, según admite el propio Gobierno, deberá garantizar la mayor contribución al crecimiento en el año en curso. Y no será posible depender predominantemente de la contribución, aunque muy significativa, del turismo y de los servicios en general.

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