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El escritor es fundador de tamizadoun sitio respaldado por FT sobre empresas emergentes europeas
Tanto en sentido metafórico como literal, Alemania se está quedando sin energía. El año pasado, el país fue la más lenta de las principales economías del mundo, con una contracción de la producción del 0,3 por ciento. Esto se debió en parte a que la mayor economía de Europa tiene un grave desafío energético al haber renunciado al uso de carbón, energía nuclear y gas ruso. Una vez más El economista pregunta: ¿Es Alemania el enfermo de Europa?
Sin embargo, el país es visto como un “gigante dormido” cuando se trata de una fuente de energía futura prometedora: la fusión nuclear. La formidable base de investigación y la destreza de ingeniería de Alemania le dan una buena oportunidad para desarrollar la tecnología. Existe un fuerte argumento de que el país debería apostar por la fusión, que promete ofrecer energía segura, limpia y libre de carbono sin ninguno de los peligros de los reactores de fisión nuclear. Este enfoque no sólo resolvería las necesidades de seguridad energética de Alemania, sino que también podría crear una nueva industria altamente lucrativa.
Durante décadas, la energía de fusión ha sido considerada como la tecnología del futuro que seguirá siéndolo para siempre. Aunque la fusión es la fuente de energía más abundante del universo, los desafíos que supone aprovechar el poder del sol en la Tierra son deslumbrantes. Aunque la teoría se comprende bien, la práctica de fusionar átomos de hidrógeno para liberar energía es un enigma de ingeniería diabólico.
Pero algunos avances recientes sorprendentes han desencadenado un aumento de la inversión. A finales del año pasado se alcanzó un hito cuando el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de Estados Unidos logró por primera vez una “ganancia neta de energía” al disparar el láser más grande del mundo contra una diminuta pastilla de plasma de hidrógeno (a pesar de que la instalación en su conjunto consumía mucha más energía que generó).
La Asociación de la Industria de la Fusión dice que ahora se está produciendo una “explosión tecnológica” en el campo. El año pasado, se lanzaron 13 nuevas empresas de fusión, elevando el total mundial a 43. En total, han atraído 6.200 millones de dólares de inversión. Diecinueve de esas empresas han previsto Entregarán energía de fusión a la red para 2035. Helion Energy, empresa estadounidense de fusión, ya ha firmado un acuerdo con Microsoft para entregar electricidad en 2028.
La Agencia Internacional de Energía Atómica había asumido previamente que Iter, el gigantesco reactor de fusión multinacional que se está construyendo en Francia, sólo demostraría plenamente su valor a partir de la década de 2050. Pero los avances recientes en otros lugares han llevado a la agencia a crear un grupo de trabajo de fusión para coordinar la regulación. “Les digo ahora que deberíamos centrarnos en mediados de la década de 2030. Necesitamos estar preparados para 2040”, afirma Ryan Wagner, director tecnológico de la OIEA para la energía de fusión.
Como en tantos otros campos tecnológicos, Estados Unidos lidera el mundo, con 25 empresas privadas de fusión. Sin embargo, Alemania, que ha invertido mucho en investigación básica sobre fusión, también cuenta con una experiencia impresionante y dos de las empresas emergentes más intrigantes, Marvel Fusion y Proxima Fusion, ambas con sede en Munich.
En septiembre pasado, el gobierno federal dijo que invertiría mil millones de euros en los próximos cinco años para garantizar que Alemania desarrollara una planta de energía de fusión lo más rápido posible. Pero algunos dudan que esta financiación sea suficiente para ganar una carrera tan intensiva en capital.
Heike Freund, directora de operaciones de Marvel, me dijo que acogía con agrado el creciente impulso político en Alemania detrás de la industria, pero cuestionó si podría competir con Estados Unidos, dada la política industrial activista de Washington y su dinámico sector de capital de riesgo. “Nos enfrentamos a un déficit de financiación. Falta un cero”, afirmó la semana pasada en el marco de la conferencia Digital-Life-Design. “Los estadounidenses se fijaron una misión de 10 años y luego hacen todo lo posible para alcanzarla”.
De manera similar, Proxima, la primera empresa derivada del prestigioso Instituto Max Planck de Física del Plasma en 60 años, dice que necesitaría 500 millones de euros para financiar la construcción de una planta de fusión de demostración utilizando su tecnología de confinamiento magnético stellarator para 2031. “Los Stellarators son el camino más claro y sólido para desarrollar la tecnología”, afirma Francesco Sciortino, director ejecutivo de Proxima. Pero el régimen regulatorio de Alemania aún es incierto y esas sumas son difíciles de recaudar dada la falta de capital privado europeo para el crecimiento.
A pesar del entusiasmo de la industria, la fusión no ayudará a resolver la crisis climática a tiempo. Debido a este calendario incierto, los críticos dicen que sería mejor dirigir la inversión a un despliegue más rápido de energías renovables, como la solar y la eólica. Pero los fabricantes alemanes han perdido su control en ambos mercados frente a competidores chinos subsidiados por el estado. Sería indignante que Alemania volviera a perder con la fusión.