Alcaraz coronado n.1 a final de año, es el más joven de la historia: "Pero eso no es suficiente para mí"

Carlos con 19 y medio recibió la Copa en las Nitto Finals: «Hubiera preferido jugar también, pero estoy feliz. Ahora quiero confirmarme y ganar otros Grand Slams»

De nuestra corresponsal Federica Cocchi

Una copa con grandes orejas, muy parecida a la de la Champions League. Cierto, porque Carlos Alcaraz es un auténtico campeón, muy joven, pero cierto. El precoz número 1 del mundo a final de año, con apenas 19 años y medio, incluso tres años por delante de Rafa Nadal, de quien sería designado heredero. Le hubiera gustado llegar a Turín para luchar junto a los otros siete «Masters» de la temporada en las Nitto ATP Finals. Tuvo que conformarse con volar a la ciudad para recibir el trofeo N° 1 de fin de año. “Un día agridulce -explica Carlitos- porque me hubiera gustado estar ahí para jugar, pero la lesión me bloqueó. Sin embargo, estoy listo para volver pronto con la preparación y estoy seguro de que llegaré a Australia en el centro de cien». Pero sin torneos oficiales en las piernas, ni en el brazo, salvo un par de actuaciones, aunque de lujo. El desgarro de unos centímetros en el abdomen oblicuo izquierdo está sanando rápidamente, y los objetivos para 2023 son muy claros: «Llegué al número 1 pero lo difícil viene ahora. Porque tenemos que confirmarnos y se ganará». No será fácil, porque todos, cuando juegan contra el jugador mejor clasificado, quieren darlo todo».

Proyectos

Sereno y desafiante como debe ser para un adolescente capaz de pasar del número 32 al número 1 del mundo en menos de un año. Antes que él, el ascenso «rápido» había sido el de Novak Djokovic, que ascendió del número 12 al número 1 en 12 meses entre 2017 y 2018: «Para el próximo año, pretendo hacerlo bien en los grandes torneos -continúa-, Masters 1000 y Slam, porque para mantener la motivación alta, siempre hay que subir el listón un poco más». Palabras claras, ideas claras para un proyecto que de momento no ha presentado fallas: «Si algo negativo tengo que encontrar en 2022 -continúa- es definitivamente el final de temporada. Un poco de cansancio y la lesión que me dejó». No me permite cerrar con las Finales y Davis, pero el año que viene trabajaremos para que eso no suceda”.

Emoción

En la central eléctrica iluminada en azul del Pala Alpitour, Carlitos está emocionado. Mira y besa esa copa como un gran amor. No puede hablar, también porque el inglés sigue siendo un idioma hostil, pero vive la emoción del momento: «Por mis padres, la gente que creyó en mí. Sin ellos no hubiera llegado tan lejos. Estoy feliz y orgulloso, pero siempre soy Carlitos»



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