Al revelar las inseguridades que le provocan las críticas que sufrió en el pasado por su forma de vestir, Eugenia de York admitió: «Estaba obsesionada con mi look»


Yugenia de York confesó ante los micrófonos de un podcast en inglés, Modales en la mesa, presentado por la amiga y cantante Jessie Ware. Lo admitió: el escrutinio continuo por parte del público y los medios, y las críticas que sufre desde hace años por su look, terminaron provocándole graves trastornos alimentarios.

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Eugenia de York: «Las constantes críticas a mi look me duelen.»

La segunda hija del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, ahora madre de dos hijos, admitió que las constantes discusiones sobre cada vestido o sombrero habían un efecto negativo en su relación con la comidaprovocando importantes inseguridades. «Escribieron cosas como “¡Qué vestido tan horrible!”o «Se ve muy mal en esa foto»» dijo Eugenia. «Y poco a poco me obsesioné con cómo debía lucir.».

Las meteduras de pata sartoriales de la joven Eugenia

«Imagino que les pasará a todos los que habitualmente viven en el centro de atención.» comentó la princesa, quien el año pasado ella se mudó a portugal con su esposo Jack Brooksbank y sus hijos Agust y Ernest. «Sobre todo cuando tienes 13 años, llevas el pelo cortado en un bob un poco incómodo, con unos kilos de más, y todos los chicos se burlan de ti.».

Princesas Beatriz y Eugenia de York, Londres, 14 de septiembre de 2023 (Getty Images)

La nueva vida (de incógnito) de Eugenia de York

La decisión de abandonar la corte inglesa y trasladarse a otro país le permite ahora vivir con mayor libertad: «Mi nueva vida en Portugal es un sueño.» revela Eugenia, «Por qué puedo ir al supermercado sin importarme demasiado mi apariencia. Puedo ponerme un chándal sencillo, hacerme una coleta rápida y pasar completamente desapercibida. nadie me nota».

Recuerdos en la mesa con la abuela Isabel II

La princesa también recordó La reina Isabel y las invitaciones a cenar con sus primos en el castillo de Windsor. «Nos sentamos a la mesa a las cinco de la tarde, solo estuvimos allí 45 minutos y todos teníamos que comportarnos según reglas fundamentales, como no apoyar las rodillas en la mesa. Sólo podíamos levantarnos de la mesa cuando ella nos lo permitía. Y los espaguetis con ragúù estaban absolutamente prohibidos».

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