El sismo ocurrió alrededor de las 12 del mediodía hora local en Balao, ciudad del sur de Ecuador, a 140 kilómetros de la gran ciudad de Guayaquil. El instituto sismológico estadounidense USGS habla de una magnitud de 6,8, las autoridades peruanas registraron un sismo de 7,0.
Según un comunicado inicial del presidente ecuatoriano Guillermo Lasso, el terremoto mató al menos a catorce personas. Más de 380 personas resultaron heridas. Con mucho, la mayoría de las víctimas cayeron en la provincia sureña de El Oro. Allí, al menos 44 viviendas también fueron destruidas y otras 90 viviendas dañadas. Docenas de instituciones médicas y escuelas también sufrieron daños. Varias carreteras de la región están intransitables debido a los deslizamientos de tierra.
En la provincia del Azuay, próxima a El Oro, una persona resultó muerta al caer un muro sobre un automóvil en la ciudad de Cuenca. Otra fatalidad ocurrió en Perú: en la localidad de Tumbes, cerca de la frontera con Ecuador, una niña de cuatro años murió tras ser golpeada por un ladrillo que caía. Según Hernando Tavera del Centro Sismológico Nacional de Perú, los daños en ese país han sido limitados en general.