Querétaro (dpa) – Tras una trifulca en un partido de fútbol en el centro de México, el número de heridos se eleva a por lo menos 26. Así lo dijo el gobernador del estado de Querétaro, Mauricio Kuri, en conferencia de prensa.
En consecuencia, tres de ellos se encontraban en estado crítico. Los partidos de primera división programados para el domingo fueron cancelados por la liga mexicana en solidaridad con los afectados.
El organismo rector mundial FIFA calificó el incidente de «bárbaro» en un comunicado. «La violencia en el Estadio Corregidora fue inaceptable e intolerable», dijo un comunicado el domingo por la noche. La FIFA ha querido reiterar que «la violencia no debería tener absolutamente ningún lugar en el fútbol y seguiremos trabajando con todos los grupos para prohibirlas en nuestro juego».
Ante la violencia y el caos, el diario «El Universal» escribió sobre el «día más negro en la historia del fútbol mexicano». Durante el partido entre FC Querétaro y Atlas Guadalajara en el estadio La Corregidora de Querétaro, simpatizantes de ambos equipos se atacaron inicialmente en las gradas y luego irrumpieron en la cancha, donde continuaron agrediéndose, algunos con sillas y palos.
Mujeres y niños buscaron refugio en los túneles del estadio. Los jugadores huyeron a los vestuarios. El portero de Querétaro, Washington Aguerre, fue uno de los que se quedó en la cancha y trató de influir en la gente. El juego se interrumpió en el minuto 62 cuando el marcador era 0:1 y luego se detuvo.
La defensa civil del estado de Querétaro había reportado al menos 22 heridos la noche del domingo. Nueve de ellos fueron llevados al hospital, dos de ellos con heridas graves, dijo en un tuit.
Las muertes, que se mencionaron en los primeros reportes y que se temían ante las violentas imágenes, no fueron confirmadas hasta el mediodía del domingo (hora local) ni por la defensa civil ni por el gobierno del estado de Querétaro.
La Liga Mexicana de Futbol condenó los hechos en el estadio La Corregidora y anunció que se abrió una investigación. El presidente de la Liga, Arriola, dijo que los responsables de la falta de seguridad en el estadio serán sancionados.
La violencia de los aficionados en el fútbol es un hecho habitual en México y otros países latinoamericanos como Argentina y Brasil.