Al menos 23 muertos en ataques terroristas en Pakistán


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Insurgentes armados en la provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán, mataron al menos a 23 personas en una serie de ataques el domingo por la noche y el lunes por la mañana, en la oleada más letal de violencia separatista en el país en décadas.

El Ejército de Liberación Baluchistán, un grupo separatista armado de la provincia rica en minerales, se atribuyó la responsabilidad de los ataques, según un comunicado publicado por la organización el lunes.

El domingo por la noche, militantes del grupo pararon autobuses en una autopista de Baluchistán, exigiendo documentos de identidad a los pasajeros y disparando a los que provenían de la provincia de Punjab, en el corazón del país y donde vive la mayor parte de la población de Pakistán (240 millones de habitantes), según las autoridades. Algunos de los autobuses también fueron incendiados, según muestran los vídeos del lugar de los hechos.

“La persecución de los terroristas que martirizaron a personas inocentes bajándolas de los autobuses en la oscuridad de la noche y comprobando sus documentos de identidad continúa”, escribió Sarfraz Bugti, ministro jefe de Baluchistán, en X.

La radio estatal de Pakistán informó el lunes que los servicios de seguridad habían matado al menos a 12 militantes y herido a “muchos otros”.

Los grupos militantes llevan décadas librando una insurgencia secesionista en Baluchistán, la provincia más grande de Pakistán en extensión pero la menos poblada, que limita con Irán y Afganistán. En enero, Islamabad y Teherán intercambiaron ataques aéreos contra grupos militantes en sus respectivas regiones fronterizas, lo que generó temores de que se desate una hostilidad más amplia en la zona.

La provincia también es sede de importantes proyectos de inversión extranjera, incluida la mina de cobre Reko Diq y el puerto de Gwadar, respaldado por China.

El BLA, que ha sido etiquetado como grupo terrorista por el Reino Unido, Estados Unidos, China y Pakistán, también ha atacado a ciudadanos chinos en Pakistán, incluido un atentado suicida en 2022 que mató a tres profesores de idioma chino en el Instituto Confucio de la Universidad de Karachi.

La violencia terrorista ha aumentado en Pakistán desde que los talibanes tomaron el poder en Afganistán en 2021. Las autoridades paquistaníes afirman que el grupo militante islámico ha permitido que grupos como el BLA y los talibanes paquistaníes encuentren refugio en el país.

Más de 1.500 personas murieron en ataques terroristas en Pakistán el año pasado, el triple de la cifra que había antes de la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN, según el Portal del Terrorismo del Sur de Asia.

La deteriorada situación de seguridad en la provincia ha provocado anteriormente condenas de Beijing, el mayor prestamista bilateral de Pakistán, por preocupaciones de que la violencia separatista podría descarrilar la iniciativa de infraestructura del Corredor Económico China-Pakistán de 60.000 millones de dólares.

Un funcionario chino que visitó Islamabad en junio se quejó públicamente de que el deterioro de la situación de seguridad era el “principal peligro” para el éxito del CPEC, advirtiendo que la violencia estaba “sacudiendo la confianza de los inversores chinos”.



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