Al igual que su madre Isabel, el rey Carlos III también decidió prohibir el icónico juego, popular entre la realeza grande y pequeña. Aquí porque


Che pensado madre Isabel para eliminar lo irresistible Monopolio de los juegos de mesa que a ella misma le encantaba coleccionar en cada residencia real. Y su hijo, el rey Carlos III, ahora toma la iniciativa, prohibiendo el pasatiempo de las salas de estar de Balmoral, donde todos los Windsor se reúnen, en grupos, estos días. ¿Pero por qué?

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El rey Carlos III lo confirma: nada en Balmoral Monopolio

no las noticias complacerá a los Royals, que esperan pasar unas semanas en la residencia escocesa cada año. durante las vacaciones de verano, disfrutando de largos paseos, pesca y picnics. Todo el mundo sabe, sin embargo, que durante los inevitables días de lluvia se verán obligados a encerrarse durante horas en los salones del castillo. Jugar ayuda a pasar el tiempo. Y Monopolio es, con mucho, su juego favorito.

Porque la reina Isabel no amaba Monopolio

Reina Elisabetta, a quien le gustaba mucho jugar juegos de mesano podía soportar Monopolio. Lo llamó un juego irritante, incluso brutal y violento. Porque desde los preparativos, con la disposición del tablero, dados y fichas, transformó el carácter de los Reales, los volvió agresivos, provocó riñas, y no sólo entre los más jóvenes.

El rey Carlos III con su madre Isabel en Escocia, octubre de 2021 (Getty Images)

Un juego que puede transformar a los miembros de la realeza en simples mortales

Incluso los adultos, incluidos los hijos de la reina (el príncipe Andrew y su hermano Andrew siguen siendo entusiastas jugadores) se dieron el gusto. Todos perdieron el proverbial Labio superior duro británicoesa típica flema que no les suele abandonar nunca pero que, jugando a Monopolio incluso en Sandringham, durante las vacaciones de Navidad, tendía a desaparecer.

Los terribles enfrentamientos de los Reales a Monopolio

La adquisición de terrenos, edificios y rentas convirtió a cada Real, grande o pequeño, en un jugador despiadado. Al tratar de encarcelar o llevar a la bancarrota a otros jugadores, inevitablemente se alzaron voces, el idioma ciertamente se volvió más colorido y menos real. Y las riñas, a menudo violentas, terminaron por irritar a la reina que, cada vez más enfadada, se negaba a participar y en ocasiones salía precipitadamente de la sala.

Carlo con los jovencísimos William y Harry en Balmoral, agosto de 1997 (Getty Images)

Cuando Isabel dijo: «Basta, no juegues más ¡Monopolio!»

Un día, incapaz de aguantar más, Isabel ordenó a un lacayo que hiciera desaparecer la caja del juego, ya sus familiares que resistieran la tentación de llevar otra a juicio. Una iniciativa que ahora el rey Carlos ha decidido hacer suya. Y para no enojar al abuelo, George, Charlotte y Louis tendrán que conformarse con juegos populares más tranquilos. Como cierro Y escarbar, Los favoritos de Isabel.

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