Ahorre electricidad: frigorífico que consume mucha electricidad: esto cuesta caro a los consumidores


Un frigorífico puede convertirse en un verdadero consumidor de energía en tu propia casa. Sin embargo, para que el hambre de energía no se salga de control y la cartera no se vea sometida a demasiada presión, existen algunos consejos que permiten un funcionamiento eficiente. Te explicaremos cómo puedes ahorrar electricidad y costes al utilizar tu frigorífico.

Descongelar correcta y regularmente

En muchos frigoríficos se forman repetidamente capas de hielo más o menos gruesas en las paredes traseras de los aparatos. Estos deben retirarse periódicamente, ya que aíslan el interior del frigorífico como un aislante y, por tanto, dificultan su capacidad de refrigeración. Como resultado, los dispositivos tienen que utilizar más energía para mantener el frío. El aumento del consumo de electricidad cuesta más dinero a los propietarios. Por tanto, es aconsejable descongelar el frigorífico una o dos veces al año, según la gravedad. Para ello, saca todos los alimentos del frigorífico, apaga el aparato y deja que se caliente con la puerta abierta. Si quieres acelerar el proceso de descongelación, puedes, según un consejo de op-online, colocar una cacerola o un bol con agua caliente en el interior y cerrar la puerta. También puedes utilizar herramientas de madera o plástico para ayudar a quitar la capa de hielo. Sin embargo, se debe tener especial cuidado y asegurarse de que el revestimiento de las paredes no sufra daños. De lo contrario, existe el riesgo de tener que comprar un frigorífico nuevo. El agua de descongelación resultante se puede recoger con toallas o con recipientes y bandejas para horno.

El momento de descongelación es particularmente importante. Es imprescindible que los restos de comida se enfríen aún más. Por tanto, es aconsejable realizar el proyecto en invierno para que los elementos retirados puedan almacenarse temporalmente en el exterior. De lo contrario, debería disponer de otro frigorífico, por ejemplo en el de un vecino, para guardar sus propios productos. El enfriamiento constante e ininterrumpido no sólo es necesario para la conservación de los alimentos, sino también para el efecto de ahorro energético de la campaña. Después de la descongelación, el aparato debe volver a enfriarse. Agregar comida caliente sólo conduciría a un consumo de electricidad aún mayor.

No permita que entre calor en el refrigerador.

El consejo de no meter alimentos y comidas calientes en el frigorífico no se limita sólo a rellenar el aparato después de descongelarlo, sino que es una pauta general. Cualquier adición de calor al interior del frigorífico requiere una mayor producción de energía para mantener el frío. Cuando lo utilice usted mismo, siempre debe prestar atención a una mínima extracción en frío. Si abre constantemente la puerta innecesariamente y la deja abierta durante mucho tiempo o coloca regularmente productos calientes en el frigorífico, consumirá más electricidad para operar el dispositivo.

Según co2online, el suministro de calor también favorece la formación de una capa de hielo. Como ya se explicó, esto también provoca un mayor consumo de energía, por lo que le causa el doble de daño a su billetera. Si te aseguras de guardar en el frigorífico únicamente productos que estén a la temperatura ambiente máxima y abres la puerta el menor tiempo posible, también te ahorrarás la molestia de descongelar. También es útil envasar los alimentos de forma hermética e impermeable.

Deseche los dispositivos viejos y compre otros nuevos

En lo que respecta a las necesidades energéticas, los frigoríficos y congeladores viejos pueden convertirse en auténticos consumidores de energía. Por eso, en el blog FreshMAG de Liebherr, Daniel Glanz recomienda deshacerse de los aparatos viejos y especialmente derrochadores y adquirir un frigorífico nuevo. Antes de tomar esta decisión, sin embargo, conviene realizar un pequeño análisis coste-beneficio y evaluar si realmente merece la pena una nueva compra. Por supuesto, los dispositivos modernos son mucho más económicos que sus predecesores, pero su precio siempre juega un papel importante. Si quieres buscar frigoríficos especialmente eficientes a la hora de comprar, tienes que fijarte en la información de la etiqueta energética. “Se aplica la regla general: cuanto más “+” después de la A, más eficiente energéticamente y más económico será el dispositivo”, explica Glanz de FreshMAG.

Configurar y ajustar el frigorífico correctamente

La ubicación dentro del apartamento o la cocina también es decisiva para el funcionamiento del frigorífico con ahorro de energía. El dispositivo funciona de manera más eficiente en un ambiente fresco. Por lo tanto, el lugar adecuado es lejos de hornos, estufas y calefactores. También se debe tener en cuenta la exposición a la luz solar. Además de proteger contra el calor, la circulación del aire también es importante para el consumo de energía. Por ello, el portal de información Kuehlschrank.com recomienda no colocar nunca el frigorífico directamente contra la pared. La distancia óptima es de seis a nueve centímetros. Idealmente, esta distancia también debería mantenerse con respecto a armarios y dispositivos adyacentes.

Una vez completada la instalación, es hora de configurar el refrigerador correctamente. La temperatura interna óptima está entre cinco y siete grados centígrados. Para los congeladores se recomienda entre -15 y -18 grados centígrados. Si configura sus dispositivos aún más fríos, también pagará dinero adicional por el rendimiento adicional. En el blog FreshMAG, Daniel Glanz vuelve a describir esta interacción con una sencilla regla general: “Por cada grado de potencia de refrigeración adicional se consume aproximadamente un seis por ciento más de electricidad. Por eso, un ajuste preciso de la temperatura puede valer dinero”.

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