Ahora está seco y cálido, pero la gran tormenta de febrero sigue dejando su huella en el parque de animales Wonderwereld de Ter Apel.

Esas huellas también están en la mente de Cees van Dashorst y Marja Oltmans, los directores y sus empleados. Están lejos de olvidarse aquella noche del 20 al 21 de febrero, cuando una tormenta asoló el país. «Estamos lidiando con una gran pérdida y aún no sabemos cuánto pagará el seguro», dice Van Dashorst.



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