Desde la inauguración de la Casa Italia hasta la ceremonia de apertura, el Presidente de la República participa en los momentos cruciales de los Juegos. Con palabras de alegría o aliento que nunca son superficiales
El italiano que siempre gana en París 2024, ganemos o perdamos, es nuestro presidente de la República, Sergio Mattarella. Gana estando un paso al lado, presente y reconocible, porque su papel le exige, sobrio pero afectuoso, ser el primero en felicitar a los atletas italianos, en los buenos y en los malos momentos. Lo que agrada es la actitud discreta, tan rara entre los políticos. Mattarella flanquea en lugar de dominar, se hace a un lado en lugar de ocupar la escena. No hace alarde de sí mismo ni de su posición institucional, más simplemente: está ahí, está ahí, dispuesto a incitar, consolar, felicitar.