Adiós a Valerio Castronovo, incansable historiador de la empresa y autoritario firmante del Sole 24 Ore

La relación con Fiat

Castronovo estudió mucho a Fiat. En un entorno cultural y social complejo como el de Turín se movía con elegancia y educación, pero sin sumisión ni vasallaje. Por ejemplo, nunca sintió la atracción por el poder duro de Cesare Romiti que en cierto momento, en Turín, asumió rasgos preponderantes frente al rito saboyano del viejo Fiat y del viejo Agnelli. También por eso, en la no simple dialéctica entre vida privada y vida intelectual, ha publicado libros que permanecerán, como Fiat, 1899-1999. Un siglo de historia italiana (Rizzoli).

Sin embargo, no fue exclusivamente un estudioso de Fiat. Con una capacidad metódica y organizativa envidiada por muchos colegas, ha escrito decenas de ensayos sobre la historia de la empresa que, partiendo de oportunidades de negocio, han compuesto una verdadera biblioteca de la economía italiana: historias de casos tratados con rigor, precisión y autoridad.

Historiador del emprendimiento italiano

Su investigación atravesó la historia de la representación, leída a través del caleidoscopio de la complejidad social y económica, política y cultural de un país irregular y dinámico como Italia. De hecho, Castronovo publicó para Laterza en 2010 Cien años de negocio. Historia de Confindustria 1910-2010 y, en 2013, La Italia de la pequeña industria. Desde la posguerra hasta hoy.

En su vasta producción, se midió con las más diversas herramientas. No sólo libros y periódicos. Pero, también, la televisión. En la década de 1990, junto con Renzo De Felice y Pietro Scoppola, realizó el documental «L’Italia del Novecento» por encargo del Istituto Luce: una serie de 50 episodios.

El legado intelectual

Castronovo, antes de partir, reguló sus asuntos, organizando su legado intelectual. Ha cedido todos sus papeles privados al Istituto di Studi Storici Gaetano Salvemini de Turín, del que todavía era presidente de honor después de haber sido su presidente ejecutivo durante mucho tiempo: papeles que fluirán al Fondo Valerio Castronovo. Donó una parte sustancial de su biblioteca de historia económica a la empresa Boccia Graphic Arts, con el objetivo de abrir un centro cultural: se encontró el espacio en Salerno, se colocaron los 25.000 libros, ahora habrá que catalogarlos para hacer esta biblioteca, que llevará su nombre, estará disponible a finales de año. Finalmente, optó por que los grandes clásicos -de Keynes a Marx, de Gramsci a Tocqueville- siguieran siendo una dote para su sobrina Caterina, una joven erudita.



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