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La UE y el bloque Mercosur de economías sudamericanas esperan finalizar este año un acuerdo comercial largamente retrasado, dijeron los líderes de ambas partes, aunque no estaba claro cómo los funcionarios resolverían las diferencias significativas sobre las salvaguardias ambientales.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, el más grande de los cuatro miembros del Mercosur, dijo el lunes que un “acuerdo equilibrado” “abriría nuevos horizontes”, en referencia a la negativa de Brasil y Argentina a aceptar demandas ambientales adicionales y su deseo de que se les permita para proteger la industria nacional.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien fijó una fecha límite de fin de año para finalizar el acuerdo, dijo que estaba “al alcance” cuando se reunió con Lula antes de una cumbre de la UE con los líderes de América Latina y el Caribe (Celac) con el objetivo de reconstruir la posición de Europa en la región.
“Nuestra ambición es resolver las diferencias restantes lo antes posible”, dijo. Los diplomáticos dicen que hay una pequeña ventana para tratar de finalizar el acuerdo en la segunda mitad de este año, cuando España ocupe la presidencia rotatoria del Consejo de la UE y antes de que asuma un nuevo gobierno argentino en diciembre.
El acuerdo se estancó luego de que la UE exigiera garantías adicionales sobre deforestación y derechos laborales en un acuerdo concluido tras 20 años de negociaciones en 2019. Mercosur, integrado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, está formulando una contrapropuesta que será presentada a la UE dentro de unas semanas, dijo la semana pasada un alto diplomático brasileño.
Lula ha atacado con frecuencia las demandas de la UE, calificándolas de “amenaza”. El lunes dejó claro que cualquier acuerdo debe tener en cuenta los intereses de ambas partes.
“Queremos un acuerdo que preserve la capacidad de las partes y que responda a los desafíos presentes y futuros”, dijo.
Los líderes del Mercosur ven las condiciones de la UE como inaceptables, argumentando que ya han firmado acuerdos internacionales relevantes para proteger la selva tropical y las normas laborales.
Los países que presionan con más fuerza por las salvaguardas adicionales (Francia, Irlanda y los Países Bajos) tienen grandes industrias lácteas y de carne de res que enfrentarían una competencia de menor costo de América del Sur si se ratificara el acuerdo.
Los Verdes en el Parlamento Europeo y las ONG dicen que el acuerdo alentaría a los agricultores a talar bosques para plantar soja o pastar ganado para enviar a Europa.
Pero Jordi Cañas, eurodiputado español que preside la delegación del Mercosur en el Parlamento Europeo, dijo al Financial Times que se debe confiar en el gobierno de Lula para proteger la Amazonía. “El esta en lo correcto. El instrumento adicional es solo una justificación para bloquear el acuerdo por otras razones.
“Si quieres detener la deforestación, firma el acuerdo. Tienes más influencia para combatir la deforestación”.
La primera cumbre UE-Celac en ocho años fue anunciada como una oportunidad para revivir las relaciones descuidadas de Europa con América Latina y el Caribe.
China ha crecido en la última década hasta convertirse en el mayor socio comercial de América del Sur, y la UE ahora busca un mejor acceso a las abundantes materias primas de la región para la tecnología verde.
Otra área clave de tensión es la guerra de Ucrania. Si bien Bruselas ha querido que los gobiernos de América Latina y el Caribe critiquen la agresión rusa, algunos países no están contentos con la forma en que Occidente se ha centrado en suministrar armas en lugar de presionar por un alto el fuego, mientras que otros, como Cuba y Venezuela, son aliados cercanos de Moscú.
Los diplomáticos luchaban el lunes por encontrar un lenguaje común para un comunicado conjunto después de la cumbre del martes. La Celac pidió eliminar una condena a la invasión de Rusia en el borrador de la UE e intentó agregar una demanda de reparaciones europeas por la trata transatlántica de esclavos.