Eddy Vandezande y Evelien Winnen de Oud-Heverlee han llevado a Riziv a los tribunales laborales porque el servicio no reembolsa un medicamento que combate un efecto secundario grave de la quimioterapia. Perdieron a su hijo en 2018 por una enfermedad metabólica y corren el riesgo de tener que pagar 90.000 euros de su propio bolsillo. “Lo hago como tributo a los estonios y a todos los demás padres que se encuentran en esta situación”.
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