A la empresa no se le permitió despedir a una empleada porque eso significaba que terminaría en una casa móvil con cuatro hijos.

Un empleador puede tener muchas buenas razones para despedir a un empleado con efecto inmediato, pero a veces eso no es suficiente para lograrlo. Así se desprende de una decisión del juez del tribunal subdistrito de Lelystad, publicada esta semana.

Una mujer se quedó sin hogar como consecuencia del despido y acabó en una casa móvil con cuatro hijos menores. Como el empleador sabía que esto podía suceder, no se le permitió despedirla.

Y que si bien existían motivos suficientes para el despido con efecto inmediato, el juez falló. La mujer (39) había hecho trampa con la factura de la reparación de su propio coche, en el taller donde trabajaba como asesora de servicio. Contrariamente a lo acordado, ella misma había elaborado la factura por una hora de trabajo de los mecánicos. Por ello se cobró 134,75 euros. Sin embargo, la orden de trabajo indicaba que se había trabajado en el coche durante 4,4 horas. Como resultado, la mujer había pagado 245,81 euros de menos.

Casa vendida

Después de que se descubrió el engaño y la empleada lo admitió, fue despedida inmediatamente. Esto es comprensible en sí mismo, consideró el juez, si no fuera porque la mujer había vendido su casa poco antes del despido. Ella y su pareja también ya habían comprado una casa nueva. Para obtener una hipoteca para esa casa, había recibido de su jefe una declaración patronal. Tras conocerse el despido, el banco rechazó la hipoteca y se canceló la compra de la nueva casa.

Como resultado, la mujer se quedó sin hogar ni ingresos. A finales de mayo se vio obligada a vivir en una casa móvil con sus cuatro hijos menores, con una pareja que trabaja por cuenta propia. Aunque el jefe sabía que la mujer y su familia se mudarían debido a la declaración del empleador emitida anteriormente, aun así siguió adelante con el despido. «Lo bueno es bueno y lo malo es malo», afirmó el empresario.

Matiz

Lo ve de otra manera el juez del tribunal regional, que considera que «las circunstancias personales pueden matizar el bien o el mal». En otras palabras: el empleador también debería haber tenido en cuenta la posibilidad de que la mujer se quedara sin hogar como consecuencia de su despido. Sobre todo porque de todos modos su contrato de duración determinada terminaría poco después. Por tanto, el juez anuló el despido inmediato y dictaminó que la empresa automovilística aún debía pagar dos meses de salario, unos 6.900 euros.

La mujer también afirmó que debería recibir un contrato por tiempo indefinido debido a la declaración del empleador recibida anteriormente. Pero el juez no lo cree así; En tal declaración, el empleador expresa la intención de contratar a alguien por un período de tiempo más largo, pero de ello no se pueden derivar derechos.

No se sabe si la mujer y su familia todavía viven en una casa móvil. No se pudo contactar a su abogado para hacer comentarios.

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