A Agema le resulta difícil explicar los recortes sanitarios de 252 millones


Cuarenta millones de euros. Esto es lo que la ministra Fleur Agema (Salud, PVV) quiere ahorrar a partir del próximo año para las personas que no tienen seguro pero que aún dependen de la asistencia sanitaria, especialmente los trabajadores inmigrantes y los turistas. El recorte significa que desaparecerá la mitad de los 80 millones de presupuesto.

Pero la claridad terminó ahí el jueves, durante el segundo día de discusión del presupuesto del Ministerio de Salud, Bienestar y Medio Ambiente (VWS). La Cámara de Representantes estaba preocupada por este recorte y quería saber a cuántas personas afecta esta medida. Agema no lo sabía. “¿Pero cómo podemos registrar ya 40 millones? Quizás sólo se trate de unos pocos cientos de personas”, preguntó el diputado Harmen Krul (CDA).

Agema: “Eso es realmente difícil. Pero aquí hemos tomado una decisión. Creo que eso es justo”.

Krul: “¿Qué clase de respuesta extremadamente mala es esa? ¿Cómo puedes decir que vas a hacer recortes a la mitad, si no tienes idea de qué tan grande es ese grupo? Quizás puedas ahorrar hasta 60 millones”.

Agema: “Quién sabe”.

Krul: “¿Quién sabe? Si no lo sabe, no puede ingresar esta cantidad”.

Agema: “Eso es posible. Esto es lo que dice en la lista de recortes para 2024 y veremos en la implementación hasta dónde llegamos”.

Primera gran prueba

El debate entre Agema y Krul fue indicativo del estado de ánimo durante este segundo día. La oposición siguió pidiendo que se fundamentaran los numerosos recortes en la asistencia sanitaria, pero Agema no pudo convencer a la Cámara de que tenía esta información. Causó mucho malestar y una atmósfera caótica en la Cámara. Los parlamentarios hablaron regularmente en voz alta desde sus escaños sobre la respuesta de Agema.

Agema enfatizó que el gabinete simplemente tiene que hacer recortes: “Preferiría no hacerlo en absoluto, pero está en el Acuerdo Principal”.

¿Por qué estas elecciones? ¿Cuáles son las cifras? queremos respuestas

Lisa Westerveld
GroenLinks-PvdA

La gestión del presupuesto de VWS fue la primera prueba importante para Agema. Sus primeros meses como ministra de Sanidad fueron difíciles. Los debates en la sala de plenos se salieron de control porque Agema se dejó tentar por atacar a los parlamentarios, se perdió en sus documentos e inesperadamente introdujo nueva información en el debate, para frustración de la Cámara. El miércoles, durante el primer día de discusión presupuestaria, fue criticada por la oposición, pero también por el propio PVV. La crítica: las propuestas son vagas y en muchos ámbitos no hay planes concretos.

Se trata principalmente de los controvertidos recortes de 252 millones del Acuerdo Marco, cuya elaboración Agema envió al Parlamento a principios de esta semana. Se trata de recortes, entre otros, en prevención, prácticas asistenciales, atención a personas sin seguro y en el Instituto Trimbos. Pero ¿dónde está la justificación?, se preguntó la Cámara. “¿Por qué se reducen las prácticas en cuidados y se da prioridad a la escasez del mercado laboral? No lo entiendo en absoluto”, dijo Mirjam Bikker (Unión Cristiana). Según Agema, esta subvención “no es eficiente”, por lo que está ideando otro plan más amplio y que cueste menos (40 millones de euros en lugar de 122 millones al año). “¿Menos dinero, pero más efecto?” -Preguntó Biker. Parecía apenas capaz de creerlo.

D66 preguntó sobre el plan para reducir a más de la mitad el deducible, lo que dará lugar a listas de espera más largas. Para resolver esto, Agema quiere más triaje (donde los proveedores de atención médica determinan quién es el primero en recibir tratamiento).

“Ya lo hacen”, dijo Wieke Paulusma (D66). “Ahora esa presión está aumentando aún más. ¿Cómo vas a hacer eso? Voy a solucionarlo, fue la respuesta de Agema. “¿Pero a quién le tocará primero?”, insistió Paulusma. Voy a solucionarlo, dijo Agema de nuevo.

tecnocrático

Al cabo de una hora, gran parte de los partidos de la oposición estaban hartos de las respuestas “tecnocráticas” y “a medias” de Agema. Pidieron que interviniera el presidente de la Cámara, Martin Bosma: “¿Cuál es el fundamento, por qué estas opciones, cuáles son las cifras? Queremos respuestas”, afirmó Lisa Westerveld (GroenLinks-PvdA). “Estas son decisiones dolorosas. Entonces lo que necesitas es una visión y una fundamentación”, dijo Paulusma. Más adelante en el debate habló de “un despliegue escandaloso”.

En los últimos meses, Agema se refirió regularmente durante los debates a este momento de la discusión presupuestaria, cuando sus planes quedarían claros y los partidos podrían hacer sus preguntas críticas. Pero eso fue decepcionante, consideró la Cámara. Agema dijo que “lamenta saber que no nos vamos a unir”. Añadió que “no hay visión” detrás de los recortes de 252 millones. “Simplemente analizamos cuidadosamente lo que no queríamos recortar y lo que hicimos, porque no es eficiente, por ejemplo”.

Prefirió centrarse en lo que es posible: “Puedo gastar 4.300 millones en la franquicia y 600 millones en una mejor atención a las personas mayores. Estoy agradecido a los cuatro partidos que me apoyaron por ello”.

Incluso después de esta primera prueba, Agema todavía parece tener dificultades con su nuevo papel. Había grandes expectativas, porque durante sus diecisiete años como diputada -y portavoz de la sanidad- se destacó por su amor por la sanidad y su comprensión del sector. Ella calificó el puesto de ministro como un sueño. Para que ese sueño no se convierta en pesadilla, Agema tendrá que alcanzar uno de sus objetivos más importantes: “evitar la escasez incontrolable del mercado laboral dentro de unos años”, como prometió a la Cámara el jueves. La Cámara no dejará de recordárselo durante cada debate de los próximos meses.

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