Un acuerdo que te dará vueltas la cabeza: el juego ilegal en Italia genera 25 mil millones de euros

La Agencia de Aduanas y Monopolios ha bloqueado el acceso a más de 9.000 portales ilegales, 400 más que el año pasado

Marco Guidi-Salvatore Malfitano

Se estima que el volumen de negocios total del juego ilegal en Italia asciende a 25 mil millones de euros. Y es imposible no partir de este hecho inquietante, si tenemos que profundizar en el caso que involucra a varios futbolistas de la Serie A, en relación con las apuestas y los juegos de azar en plataformas ilegales. La explotación de un sistema paralelo al de las casas de apuestas más famosas y sobre todo autorizado por la Agencia de Aduanas y Monopolios, es una forma bastante extendida en el ámbito criminal para blanquear sumas de dinero, ampliando los tipos de delitos. De hecho, así comenzaron las operaciones de investigación llevadas a cabo por la Fiscalía de Turín. Evidentemente, este no es el caso de los jugadores investigados (Fagioli, Zaniolo y Tonali hasta ahora), que a nivel penal probablemente sólo corren el riesgo de recibir una sanción económica por haber realizado apuestas en portales abusivos. De hecho, la ley prevé una pena máxima de tres meses de prisión, pero en la gran mayoría de los casos se sale con una multa de entre 51 y 516 euros. Más bien, el verdadero problema sigue siendo las plataformas abusivas, especialmente en línea. Estos últimos representan la mayor parte del llamado mercado negro del juego: de los 25 mil millones mencionados anteriormente, 18,5 corresponden a sitios de apuestas no autorizados, que surgen cada día como setas en Internet. Desde principios de 2023, la ADM ha inhibido el acceso a 9.828 portales ilegales, 143 sólo en el último mes y en total 400 más que el año pasado. Entre las consecuencias directas de estos comportamientos ilícitos está el agujero de mil millones de euros causado al erario público por el mercado negro del juego.

los jugadores de futbol

Una vez aclarados los alcances del fenómeno y los reducidos riesgos para los deportistas ante la justicia ordinaria, la situación deportiva es muy diferente. El Código de Justicia de la FIGC, en su artículo 24, es inequívoco: «Los miembros de clubes pertenecientes al sector profesional tienen prohibido realizar o aceptar apuestas que tengan por objeto resultados relativos a partidos oficiales de la Federación, de la FIFA y de la UEFA», a sujetos quienes estén autorizados o no, con especial atención a los concursos en los que participan los autores de los episodios. Las sanciones son aquellas que fácilmente pueden poner fin a una carrera: inhibición o inhabilitación de no menos de tres años y una multa de al menos 25 mil euros. La ley federal también castiga la falta de denuncia de tal infracción, con una inhabilitación de al menos seis meses y una multa de al menos 15.000 euros. Y entonces la pregunta de fondo queda clara: ¿por qué los futbolistas apuestan y, sobre todo, por qué lo hacen en plataformas no autorizadas por la ADM?

anonimato

La primera respuesta debe investigarse en el alma humana, mientras que la segunda tiene razones mucho más prácticas. Realizar apuestas en sitios ilegales, además de ser un delito penal, presenta varios riesgos para el usuario común, que no está protegido en sus juegos de azar y movimientos de dinero. Sin embargo, para aquellos que no quieren o no pueden presentarse personalmente o ser rastreados, moviendo sumas mayores que no estarían legalmente permitidas, la falta de controles se considera paradójicamente una ventaja. Este es precisamente el caso de los futbolistas, que evidentemente no realizan sus apuestas, al menos deportivas, directamente en línea, sino que utilizan intermediarios conectados a plataformas ilícitas y, por supuesto, a menudo al crimen organizado. En definitiva, el sistema sigue el del antiguo toto negro, pero con mecanismos tecnológicos evidentemente más avanzados y sofisticados. Ya no quedan los llamados «galloppini» entre la maleza de las agencias o en los bares que sirven de tapadera. Ahora utilizamos webchats, como WhatsApp o Telegram, con los que contactamos con el corredor de apuestas, quien luego se encarga físicamente de apostar la cantidad acordada en el portal de referencia. Las personas especialmente conocidas o ricas tienen prácticamente una línea de crédito abierta en todo momento, pero con el riesgo de encontrarse con varias deudas que saldar (y no precisamente con acreedores recomendables…) en caso de grandes pérdidas. Pero el fenómeno del mercado negro también está muy extendido entre la gente corriente. En una encuesta reciente de Noto Sondaggi, el 17% de los entrevistados declararon conocer al menos a una persona que ha jugado en sitios no autorizados, mientras que el 40% cree que el fenómeno está aumentando y el 72% que debería combatirse más.





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