La justicia francesa investiga si la periodista rusa Marina Ovsyannikova, que huyó a Francia, fue envenenada. Se sintió mal cuando abrió la puerta de su apartamento en el centro de París y notó una sustancia en polvo.
Ovsyannikova saltó a la fama internacional cuando protestó en la televisión estatal rusa contra la invasión rusa de Ucrania. “Temíamos por la suerte de Marina y se sugirió que podría haber sido envenenada. No se descarta, pero contrariamente a lo que se informó en la prensa, Marina no lo ha declarado”, escribe Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras en X.
Su estado mejoró durante el día, pero permanece bajo supervisión médica, dijo Deloire en un segundo mensaje. Ovsyannikova fue recientemente condenada en rebeldía en Rusia a más de ocho años de prisión por difundir noticias falsas.
El año pasado interrumpió un programa de noticias y mostró un cartel con textos como “os están mintiendo” y “paren la guerra”. En febrero pasado huyó a París con su hija.
El posible envenenamiento de Ovsyannikova muestra similitudes con casos anteriores en los que Rusia quiso eliminar a los críticos mediante el envenenamiento. Los ejemplos más conocidos son Alexei Navalny, Sergei Skripal y su hija Julia y Aleksandr Litvinenko. Este último murió en Londres en 2006 tras un envenenamiento por polonio.