En 2021, el valor de la economía no observada alcanzará los 192 mil millones de euros. La economía sumergida asciende a poco menos de 174 mil millones de euros, mientras que las actividades ilegales superan los 18 mil millones. En comparación con 2020, el valor de la economía no observada crece en 17.400 millones, pero su impacto en el PIB se mantiene sin cambios (10,5%). Las unidades de trabajo irregular son 2 millones 990 mil, con un aumento de aproximadamente 73 mil unidades respecto a 2020. Así lo destaca el Ista en el informe “La economía no observada en las cuentas nacionales (años 2018-2021)
¿Qué se entiende por economía no observada?
La economía no observada se compone de actividades productivas de mercado que, por diversas razones, escapan a la observación directa y esencialmente incluye la economía sumergida e ilegal. Los principales componentes de la economía sumergida se componen de valor añadido oculto mediante comunicaciones deliberadamente incorrectas de volumen de negocios y/o costes (subdeclaración de valor añadido) o generado mediante el uso de mano de obra irregular. A ello se suma el valor de los alquileres no declarados, las propinas y una participación que surge de la conciliación entre las estimaciones de los agregados de oferta y demanda. Esta última integración contiene, en proporción no identificable, efectos que pueden vincularse a fenómenos de naturaleza puramente estadística y elementos atribuibles a componentes de la economía sumergida que no se captan completamente mediante los procedimientos de estimación habituales.
La economía ilegal incluye tanto las actividades de producción de bienes y servicios cuya venta, distribución o posesión están prohibidas por la ley, como aquellas que, aunque legales, son realizadas por operadores no autorizados. Las actividades ilegales incluidas en el PIB de los países de la UE son la producción y el comercio de estupefacientes, los servicios de prostitución y el contrabando de cigarrillos.
El valor añadido generado
En 2021, el valor añadido generado por la economía no observada, es decir, la suma de la economía sumergida y las actividades ilegales, ascendió a 192.000 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 10,0% respecto al año anterior (cuando fue de 174.600 millones). sustancialmente en línea con la tendencia del PIB (+9,7%). En consecuencia, el impacto de la economía no observada sobre el PIB se mantuvo constante en 10,5%, 0,8 puntos porcentuales por debajo de lo observado en 2019 (11,3%). El crecimiento no observado de la economía fue impulsado por la tendencia del valor añadido procedente de la subdeclaración, que marcó un aumento de 11,7 mil millones de euros (equivalente al 14,6%) en comparación con 2020. El aumento del valor añadido generado por el uso de mano de obra irregular ( 5,7 mil millones de euros, equivalente al 9,2%) y por actividades ilegales (900 millones de euros, equivalente al 5,0%). Por el contrario, los demás componentes de la economía sumergida registraron una reducción de 800 millones de euros (-5,5%) respecto al año anterior, debido principalmente a una contracción de los alquileres no declarados. es, por tanto, el resultado de tendencias heterogéneas de sus componentes. En particular, si bien la marcada dinámica mostrada por la subdeclaración ha hecho que su impacto en el PIB vuelva a los niveles anteriores a la crisis (5,0%), el crecimiento menos sostenido del valor añadido procedente del trabajo irregular ha provocado una nueva disminución de su incidencia ( hasta el 3,7%, desde el 4,3% en 2019).