La doble prueba conjunta para el cáncer de cuello uterino parece ser más eficaz y más barata

Actualmente, una prueba primaria para el cáncer de cuello uterino en Bélgica consiste en la citología o examen celular. Si aparecen células cancerosas, el médico también realizará una prueba de detección del VPH. Ese virus es casi siempre la causa de este cáncer. Siguiendo el consejo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Bélgica cambiará ese orden el próximo año. Los expertos no pueden estar de acuerdo con esto.

“La OMS asesora sobre la base del máximo común denominador. Algunos países no tienen el personal ni los recursos para realizar investigaciones celulares. Pero Bélgica está en la cima del mundo. Ya estamos preparados para ello”, subraya la doctora Claire Bourgain de AZ Imelda.

“Llevamos años haciendo campaña a favor de la realización de pruebas conjuntas, pero hasta ahora no nos hemos opuesto a la decisión, porque se creía que el presupuesto no permitía dos pruebas”, afirma el médico Romaric Croes del AZ Blasius. Sin embargo, un estudio reciente del Instituto de Salud Aquarius demuestra lo contrario. En Bélgica, una prueba completa de detección del VPH cuesta 113,50 euros por mujer. Para las pruebas conjuntas son 101,70 euros y, por tanto, casi 12 euros más baratos. Esto se debe en parte a que la investigación sólo debe realizarse cada cinco años, en lugar de cada tres.

“En realidad, las dos pruebas son complementarias”, explica el Dr. Bourgain. “Observan el cáncer en diferentes etapas”. Por tanto, una prueba detecta lo que la otra pasa por alto y viceversa. Al realizar únicamente pruebas de detección del VPH, los patólogos temen que se pasen por alto muchos cánceres en una etapa tratable. Por lo tanto, las pruebas conjuntas son el procedimiento estándar en Luxemburgo, Suiza, Alemania y Estados Unidos.

40 por ciento no examinado

Sin embargo, no se trata sólo de mejorar las pruebas. El número de cánceres detectados se mantiene constante desde hace años, al igual que el porcentaje de mujeres que se hacen la prueba. En Flandes, alrededor del 40 por ciento de las mujeres no se han sometido a pruebas de detección desde hace más de treinta años. En Valonia y Bruselas esa proporción es aún mayor.

“Llevamos años diciendo que el gobierno debe hacer algo al respecto”, afirma el doctor Croes. “Las comunidades deben denunciar a estas mujeres para que sean investigadas. Sólo de esta manera, en combinación con mejores pruebas, podremos reducir la incidencia del cáncer”.



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