La ciudad continúa centrándose en la aplicación de la ley. El verano pasado, por ejemplo, se impusieron alrededor de cien multas a GAS por vertidos ilegales. Pero en lugares donde a menudo hay quejas sobre la caca de perro, Blankenberge ahora quiere crear conciencia.
“Utilizamos pancartas para recordar a los dueños de perros los controles adicionales y dejarles claro que la oscuridad no los protegerá”, afirma el alcalde. “También repetimos nuestra campaña de recompensas por limpiar los excrementos de perro”, añade el concejal Jurgen Content.