Demasiadas personas tiran sus botellas y latas de depósito. Dieuwertje Vorstenbosch (31), de Tilburg, también piensa lo mismo. En Tilburg instaló un carrito de compras donde todos podían depositar su depósito. Resultó ser un éxito rotundo porque el carrito se llenó en poco tiempo. Recibió muchas respuestas entusiastas y ahora quiere intentar difundir aún más su idea.
Dieuwertje estaba terriblemente molesto por todos los depósitos que simplemente se tiraban a la basura y no se devolvían, por ejemplo, al supermercado. Su novio tiene un estudio en un edificio de la calle Jules de Beerstraat, en el polígono industrial de Kraaiven. Allí vio muchas latas y botellas que simplemente terminaban en la basura. Hay varios estudios en el edificio y la gente que trabaja allí no tiene dónde poner esas latas.
“Esas latas se filtran en tu bolso y luego entiendo por qué la gente las tira”.
“Esas latas también son terribles de guardar”, se da cuenta Dieuwertje. “Se filtran en el bolso y luego entiendo que la gente lo tira. Pero es dinero desperdiciado y las latas y botellas no se reciclan adecuadamente”.
Casualmente, había un carrito de compras cerca del edificio. Los metió dentro y escribió en un trozo de cartón que la gente podía devolver aquí sus botellas y latas de depósito. “El carro se llenó rápidamente de latas y botellas vacías. En el edificio también hay un estudio de danza, como se puede ver por la cantidad de botellas de agua”.
“Ojalá todos en el edificio puedan beneficiarse de ello”.
El carro ya ha sido vaciado una vez, pero Dieuwertje aún no sabe quién lo hizo. “Debe haber sido alguien del edificio. Espero que esa persona maneje las ganancias conscientemente. Sería mejor si todos en el edificio pudieran beneficiarse de ello”.
Casualmente, un poco más tarde el niño en cuestión entra al edificio y ya ha vaciado el carrito. “Me lo llevé y hice algunas compras con él. Un carrito así cuesta fácilmente 5 euros”, dice Corné. La estudiante Sophie también cree que es una buena idea. “Normalmente llevo mis botellas a la tienda porque así me ahorro algo de dinero. Pero cuando veo ese carrito aquí, también se lo doy a otra persona”.
“Todos tenemos que hacer algo al respecto”.
No sorprende que precisamente a Dieuwertje se le ocurriera esta idea. ella trabaja como diseñador de futuro social y utiliza su creatividad para diseñar una sociedad mejor. Como alcaldesa climática de Tilburg, intenta dar ejemplo al barrio de vivir de forma más consciente, contaminar menos y conservar energía.
Quiere intentar difundir aún más su idea durante la Semana Nacional del Clima a finales de octubre. Alrededor de algunos contenedores de basura ya hay soportes donde se pueden dejar las botellas, pero los encuentra un poco pequeños. “Un carrito como este puede contener una gran cantidad de cosas en poco tiempo, por lo que sería bueno colocar este tipo de carritos en más lugares”. Según Dieuwertje, éste debe ser un diseño más profesional. “Tal vez una gran cadena de supermercados o un fabricante de refrescos también quieran ayudar. Todos tenemos que hacer algo al respecto”.
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