Una familia de Nueva Zelanda queda enojada y desconsolada después de que el control de animales local sacrificara por error a su perro. Cuando sus dueños fueron a trabajar, sacaron al perro Sarge del jardín donde vivía y lo sacrificaron. Desafortunadamente, más tarde resultó que habían recogido al perro equivocado.
El doloroso error ocurrió la semana pasada en la ciudad de Gisborne en Nueva Zelanda. Cuando el control de animales llegó al lugar, los vecinos intentaron detenerlos. El perro también tenía un chip con el que podían identificarse a él y a sus dueños. Aún así, llevaron a Sarge a un refugio y lo sacrificaron.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de Gisborne admitió que se había producido un «error humano» y que el inocente perro había sido cambiado por otro. Hablan de “un incidente muy desafortunado”. Los propietarios Logan y Piri quedan en shock. «Nuestro perro nunca haría daño a una mosca», dicen.
Los dueños fueron llamados a buscar a su perro, pero cuando llegaron ya estaba muerto. Lo recuperaron en una bolsa de basura. Es más, cuando quisieron enterrarlo, resultó que lo habían matado con una pistola de clavos en lugar de con una inyección letal.
Según amigos de la pareja sin hijos, consideraban a ‘Sargie’ su bebé. “Descansa en paz, Sargie. Nunca fuiste solo un perro para nosotros, fuiste y serás siempre nuestra familia», decía un mensaje de despedida.
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