Formulario inédito contra Hellas. El técnico debe gestionar sus fuerzas para los numerosos retos entre el campeonato y la Liga de Campeones. 70.000 en San Siro
Para cambiar el humor de los aficionados milanistas, Pioli cambia Milán: desconsolado tras la derrota en el derbi y desanimado por los intentos fallidos contra el Newcastle, San Siro quiere volver a sonreír. Por eso el técnico no renuncia a sus mejores goleadores, Giroud y Leao, con la esperanza de que esta vez consigan marcar. En el resto, sin embargo, se trata de un Milán completamente renovado: en el sistema de juego, más parecido al 3-4-3, y en al menos tres intérpretes.
Kjaer jugará en la defensa central mientras que Musah y Florenzi, en su primera temporada como titulares, se repartirán por izquierda y derecha. Una combinación de novedades y viejas certezas que Pioli necesita para intentar gestionar los recursos disponibles: Milán recibirá hoy al Verona y luego volará a Cagliari el miércoles, recibirá a la Lazio dentro de una semana, volará a Dortmund para el segundo partido del grupo Champions. Liga y traslado a Marassi el primer fin de semana de octubre para el partido contra el Génova. El próximo parón servirá para hacer balance: mientras tanto lanzará la persecución contra el Inter en el campeonato y en busca de la redención europea tras la derrota por 0-0 en su debut.
nuevo sistema
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La gestión de fuerzas exige cambios: en la portería, tras el nocaut de Maignan, el relevo es inevitable: “Sportiello conoce muy bien nuestras posiciones y principios de juego, está dispuesto a ayudarnos incluso en la fase de preparación”. En defensa las opciones son sólo parcialmente mayores: Kalulu está lesionado (lesión muscular) y se perderá los tres próximos partidos. Marco Pellegrino, cero minutos, aún no se considera una alternativa fiable. De ahí la línea compuesta por Thiaw, Kjaer y Tomori. Para permitir algunas pérdidas a Calabria, lateral y director añadido, y a Theo Hernández, velocista lateral, Pioli se ve obligado a cambiar directamente el posible desarrollo del juego. Los extremos del nuevo centro del campo son Musah, en un papel que ya ha desempeñado con éxito en las temporadas de La Liga con el Valencia, y el polifacético Florenzi. Krunic y Reijnders se repartirán las tareas de interdicción y construcción: el holandés tendrá entregas diferentes. En Holanda experimentó con todas las zonas del centro del campo: no será un problema.
Pioli les pide a todos que recuerden a Giovanni Lodetti en su determinación. Sólo resiste el ataque “típico”: Pulisic, el Giroud de siempre, el Leao de siempre. “Rafa está haciendo todo lo posible para convertirse en campeón. Necesita gestionar mejor algunas situaciones de juego. Está claro que sus responsabilidades aumentan, pero él se está volviendo más maduro”. Aquí es donde Leao tendrá que cambiar: menos adornos, más concreción. Insistiendo en los cambios, Pioli es un experto en el sector: cambió al Milán con Kessie como centrocampista ofensivo, Kalulu como defensa central, Hernández como extremo traído al campo (una solución intentada este año con Calabria); y nuevamente con la defensa de tres hombres, con Ibrahimovic como director ofensivo o con Díaz trasladado a la banda. Hoy otra versión inédita.
estadio siempre lleno
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San Siro abrirá sus puertas al Milán para el tercer partido en una semana y podrá evaluar su éxito: en el derbi, en casa del Inter, la amargura de los aficionados rossoneri encontró su salida en las críticas al entrenador. En Newcastle fue recibido con cierta frialdad: algunos pitos, incluso aislados, y el eslogan “Pioli está en llamas” sustituido después de una estrofa por otro hit en el estadio. Para subir el volumen y volver a arrancar, Pioli necesita una victoria: “Viniendo de una derrota en el campeonato, sería muy importante”. San Siro seguirá adelante: más de setenta mil espectadores dispuestos a apoyar al equipo. En esto nunca cambia: sin embargo, quiere recibir su recompensa con un espectáculo a la altura.
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