El Papa Francisco en Marsella, misión dentro de la emergencia migratoria


Un viaje a Francia, pero el Papa – como dijo – no visita Francia, al menos en el sentido tradicional. Francisco vuela a Marsella, el viernes y sábado 22 y 23 de septiembre, para participar en los Encuentros Mediterráneos organizados con obispos y jóvenes de todo el Mediterráneo. El cuestión de los migrantes entonces está en el centro de todo. La misión, un poco como la que realizó a Lampedusa en 2013 –el primer viaje del pontificado, en el que pensó que se movería poco y, en cambio, estaba continuamente en movimiento– está llamada a adquirir un peso ciertamente significativo en el debate político en Europa (dadas las políticas específicas de Francia y Alemania) y también en Italia (las llegadas durante el año superan ya los 120.000, casi un 90% más que en 2022), dado que el gobierno está trabajando actualmente en los nuevos CPR, Centros para la permanencia y la repatriación de inmigrantes ilegales.

El cardenal de Marsella: acogedor, pero no sin límites

Durante años, Francisco ha hablado del Mediterráneo como de un inmenso cementerio y de Marsella como el puerto simbólico de una costa sur de Europa, una ciudad que lleva mucho tiempo abrumada por problemas de integración. Pero la política siempre está ahí observando, las elecciones europeas se acercan y los partidos de derecha cierran filas. No sólo eso: la cuestión de los inmigrantes es el eterno obstáculo en las relaciones Italia-Francia, y las palabras y gestos de Francisco probablemente desencadenarán reacciones en cadena. Mientras tanto, el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, fue claro: “No acogeremos a los inmigrantes de Lampedusa”. El cardenal Jean Marc Aveline, arzobispo de Marsella, es práctico: «Quien insiste en decir que debemos acoger sin límites ciertamente no vive en los barrios de muchas ciudades marcadas por una alta tasa de desempleo, tráfico de drogas, degradación, inseguridad. Debemos evitar los discursos ingenuos. Es peligroso. Al mismo tiempo, obviamente, debemos evitar el riesgo de criminalizar al migrante que huye como si fuera la causa de todos los males universales. Creo que para los cristianos hay un tercer camino a seguir, que es la línea profética de implementar la proximidad, identificando el bien común, buscando la armonía con todo”.

Recepción del primer ministro Borne en el aeropuerto

En Marsella, Francisco será recibido por la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, seguido de una visita al Santuario de Nuestra Señora de la Guardia, que domina la ciudad, para la oración mariana con el clero. El viernes se realizará el traslado a pie hasta el Monumento a los marineros y migrantes desaparecidos en el mar, donde habrá un momento de reflexión con los líderes religiosos. El sábado, un encuentro privado con algunas personas en situación de dificultades económicas y luego en el Palacio del Faro, donde intervendrá en la última sesión de los Rencontres Méditerranéennes. El Papa será recibido por el presidente Emanuel Macron y tendremos una reunión privada. Misa por la tarde en el Velódromo. Luego el traslado al aeropuerto, donde se realizará el acto de despedida con el Presidente de la República, incluyendo una nueva y breve conversación. El regreso a Roma Fiumicino está previsto a las 20.50 horas.

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