Alemanes solo extraños en la París-Roubaix

Después de la pelea de barro del año pasado, la 119ª edición de la París-Roubaix debería quedarse seca. El llamado Infierno del Norte será duro.

Un holandés, que ya triunfó en el Tour de Flandes, se considera favorito. Un lugar entre los diez primeros es posible para los pilotos alemanes.

La distancia:

Los ciclistas tienen que recorrer 257,5 kilómetros duros antes de llegar al famoso Velódromo de Roubaix. La buena noticia: la carrera es completamente plana. La mala noticia: hay 30 sectores de los adoquines más toscos del norte de Francia, casi 55 kilómetros en total. Rolf Aldag, jefe de deportes de Bora-hansgrohe, dijo una vez que todo conductor debe haber conducido Roubaix una vez. Pero eso es suficiente.

Los profesionales alemanes:

John Degenkolb y Nils Politt saben cómo hacer que la carrera sea un éxito. Degenkolb ganó en 2015 – 119 años después de Joseph Fischer – Politt fue segundo en 2019. En lo que va de año, el dúo ha estado muy lejos de estar en plena forma. Es más probable que Politt tenga un buen resultado. El hombre de Colonia terminó quinto en Quer durch Flanders, luego realizó otro bloque de entrenamiento después del Tour de Flandes. “Espero una carrera rápida”, dijo Politt.

Los favoritos:

No sería la primera vez que hay un ganador sorpresa en Paris-Roubaix. El círculo de favoritos es correspondientemente grande, con el holandés Mathieu van der Poel como ganador del Tour de Flandes un poco por delante de todos los demás. El danés Kasper Asgreen, su compatriota y excampeón del mundo Mads Pedersen, el italiano campeón del mundo de contrarreloj Filippo Ganna y el francés Christophe Laporte también aspiran a triunfar en el velódromo de Roubaix.

El clima:

La carrera de barro del año pasado pasó a la historia. Al menos el clima no está causando inconvenientes para los profesionales este año. Con una máxima de 19 grados y sol, a veces hay incluso viento de cola.



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