Roelof y Frouwkje vieron de cerca el Discurso del Trono y cambiaron de opinión

Muchas impresiones para Roelof Dilling de Grolloo y Froukje Vennik de Gasselternijveen. Fueron los dos habitantes de Drenthe a los que se les permitió tomar asiento como ciudadanos en el Teatro Real de La Haya y recordar un día único para ellos.

«Es una experiencia muy especial. Es muy agradable ver de cerca a todos esos personajes famosos», dice Frouwkje Vennik. Ella y su marido partieron hacia La Haya en transporte público y estuvieron listos temprano. «Es toda una experiencia verlo todo en persona. Ahora lo veo de manera muy diferente».

El lunes, cuando esperaba el Día del Presupuesto, Vennik calificó todo lo relacionado con el Discurso del Trono como una «farsa». Y a Roelof Dilling tampoco le gustó mucho. No necesitaba todo ese «alboroto» al respecto, dijo a principios de esta semana, refiriéndose a todos los lujos que vienen con el tercer martes de septiembre.

Pero después de un día entre sombreros en La Haya, cambia de opinión. «Creo que fue una ceremonia hermosa», dice después. «Si el gobierno presenta un plan anual una vez al año, es un gran momento en una Holanda democrática. Fue colorido y divertido estar allí juntos. Creo que eso debería ser aceptado».

Dilling tenía conocidos que vivían en La Haya, por lo que no tuvo que abandonar Grolloo antes de tiempo. Cuando se presentó ante el Senado por la mañana, el presidente lo recibió con una taza de café y un pastel. Antes del paseo hasta el Teatro Real se habló, entre otras cosas, de la caída de la confianza en la política.

Después del discurso desde el trono, a Dilling y Vennik se les permitió sentarse en la primera fila del balcón, y los habitantes de Drenthe regresaron al Senado. Se toparon, entre otros, con Jetta Klijnsma, comisionada del rey de Drente. «Hablamos brevemente con él y lo saludamos», dice Vennik.

Dilling escuchó atentamente el discurso del trono. «Todos eran grandes planes, a los que probablemente nadie está en contra. Al mismo tiempo, me preguntaba si todos estos planes son viables. Tengo curiosidad el año que viene, en el próximo Día del Presupuesto, por ver qué ha resultado. Es decir «No es culpa del gabinete, porque entiendo que es difícil mantener todas las bolas en el aire».



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