Del equipo editorial de BZ
Los vapores rectales no son realmente destacables, especialmente si provienen de animales…
La pareja neozelandesa Gill y Warren Press quieren que les devuelvan el dinero de su billete de avión después de que supuestamente tuvieron que soportar un pedo de un perro de servicio. Se sentaron junto al animal y a su dueño en el avión de París a Nueva Zelanda. Según ella, el perro hizo ruidos durante 13 horas, babeó por toda la pierna de Warren y, para colmo, despidió vapores malolientes, como informa el New York Post.
“Escuché este ruido, un fuerte resoplido”, dijo Gill al medio neozelandés Stuff, y agregó que originalmente pensó que provenía del teléfono de su esposo antes de darse cuenta de que se trataba de la dificultad para respirar de un perro.
Para explicarlo: era un perro con una nariz extremadamente corta. Estas razas, que no son apropiadas para la especie, apenas pueden respirar y respiran con dificultad constantemente.
El amigo de cuatro patas tuvo que sobrevivir a las 13 horas de vuelo en el espacio para los pies, ya que el pasillo tenía que permanecer despejado simplemente gracias a los carritos de servicio de la aerolínea. Al parecer, las azafatas de Singapore Airlines ofrecieron a la pareja sentarse en los únicos asientos disponibles: la última fila de la clase económica. Pero no quisieron renunciar a sus lugares de lujo. Hasta que a mitad del viaje el olor a pedo se hizo demasiado fuerte…
Ahora quieren que les devuelvan el dinero de las entradas. La aerolínea se disculpó, pero hasta ahora sólo ha ofrecido un bono de 116 euros. Probablemente todavía sea un gran problema…