BRUSELAS (Reuters) – La Unión Europea no impondrá una prohibición a la controvertida importación de gas natural licuado (GNL) ruso por el momento, según la ministra española de Economía, Teresa Ribera.
«Hay una sensación de escasez y miedo», dijo Ribera a la agencia de noticias Reuters el viernes, refiriéndose a la seguridad del suministro. Deben evitarse nuevas turbulencias. España ocupa la presidencia rotatoria del Consejo de la UE hasta finales de diciembre y, por tanto, puede tener una influencia especialmente fuerte en las decisiones de Bruselas.
Las importaciones europeas de gas natural licuado ruso aumentaron un 40 por ciento entre enero y julio, en comparación con el mismo período de 2021, antes del inicio de la guerra contra Ucrania. La UE persigue el objetivo de dejar de utilizar combustibles fósiles rusos para 2027. La comunidad internacional ya ha prohibido la importación por mar de petróleo crudo y productos petrolíferos rusos, como el diésel.
Rusia sigue ganando miles de millones de dólares con el GNL, que pueden utilizarse para financiar la guerra. Según la consultora bruselense Bruegel, Europa pagó doce mil millones de euros por GNL a Rusia entre marzo de 2022 y febrero de este año. España es ya el segundo consumidor mundial de GNL ruso. «No me gusta», admitió Ribera. Los nuevos actores del mercado utilizarían las infraestructuras españolas para almacenar el GNL ruso «en nuestras instalaciones para poder reexportarlo en cualquier momento». Actualmente no existe ningún recurso legal contra esto.