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CloudKitchens, la nueva empresa de cocinas fantasma de Travis Kalanick, despidió a trabajadores este año y cerró ubicaciones mientras intenta controlar sus gastos en medio de la baja ocupación en varios de sus almacenes, según personas con conocimiento del asunto.
El ajuste de cinturón subraya el desafío que enfrentan muchas empresas emergentes después de que el aumento de las tasas de interés pusiera fin a una era de dinero gratis el año pasado, provocando un abrupto cambio de estrategia de las empresas que habían estado priorizando un crecimiento rápido pero costoso.
Los edificios de la compañía estaban llenos sólo en un 50 por ciento al final del primer trimestre y varias fuentes dijeron que CloudKitchens, que alquila espacio para la preparación de alimentos a restaurantes, no había logrado ganar tantos contratos con las cadenas de restaurantes que esperaba que impulsaran sus ventas.
La empresa cerró algunos edificios que compró, incluso en Nueva York y Tennessee. También ha estado recortando el número de personal, que había aumentado a miles.
En consonancia con esos recortes, CloudKitchens parece haber ralentizado significativamente las compras de nuevos edificios, que casi siempre se realizan a través de empresas fantasma, según mostró un análisis de los registros de propiedades realizado por CoStar para el Financial Times. La empresa también ha reestructurado su modelo, centrándose en almacenes más pequeños, añadió una de las personas.
Una cuarta persona con conocimiento del negocio de la compañía pintó un panorama menos grave, diciendo que las cifras de ocupación compartidas con el Financial Times no tenían en cuenta los arrendamientos que se habían firmado pero en los que un nuevo cliente aún no pagaba el alquiler. Esa cifra, conocida como tasa vendida, era de alrededor del 73 por ciento al final del primer trimestre.
Agregaron que la compañía se había centrado principalmente en agregar restaurantes más pequeños a sus listas de alquiler y que incluso con el cierre de ubicaciones agregaría más espacio de cocina el próximo año, ya que CloudKitchens pone a disposición para alquiler propiedades compradas anteriormente.
Las dificultades que enfrentan CloudKitchens y Kalanick son emblemáticas de los problemas que están experimentando las empresas emergentes este año a medida que la economía estadounidense comienza a desacelerarse después de que las tasas de interés subieron a máximos de 22 años. La decisión de la Reserva Federal de reducir la oferta monetaria en la economía ha empujado a las empresas de todo Estados Unidos a recortar costos: Meta, propietario de Facebook, Alphabet, propietario de Google, y Microsoft han despedido personal.
«Tiene miles de millones de dólares y la pregunta es cuánto quiere poner en el quemador», dijo un ex empleado de CloudKitchens sobre Kalanick.
El año pasado, CloudKitchens refinanció la deuda que había adquirido en 2021 del fondo de cobertura King Street Capital, una medida que precedió a una ronda de financiación de 850 millones de dólares ese mismo año por parte de inversores, incluido Microsoft.
La nueva línea de crédito, de un grupo de los bancos más grandes de Wall Street que incluía a Barclays, Goldman Sachs y JPMorgan Chase, le dio a la compañía “financiamiento más barato” que el que tenía en King Street, dijeron las personas. También ayudó a consolidar la deuda pendiente de CloudKitchens en un préstamo único y una línea de crédito renovable.
Los bancos han tratado de establecer relaciones con CloudKitchens, con la esperanza de que eventualmente se convierta en un candidato a oferta pública inicial en la misma línea que el esfuerzo anterior de Kalanick: Uber.
Kalanick y CloudKitchens declinaron hacer comentarios.
En 2018, Kalanick apostó fuerte por la idea de convertir bienes raíces en dificultades y de segunda clase en espacios de cocina para restaurantes, que venden cada vez más comidas a través de aplicaciones de entrega a domicilio como DoorDash, UberEats y Grubhub. Ha tenido cierto éxito, atrayendo a empresas como Starbucks y Chick-fil-A a sus edificios.
En 2019, el fondo soberano de Arabia Saudita invirtió en el negocio.
Pero incluso a medida que la huella de CloudKitchens ha crecido, ha tenido dificultades para conseguir tantas cadenas de restaurantes interesadas como esperaba, dijeron las fuentes.
En una señal de las dificultades para la empresa, una prueba realizada por Domino’s en Las Vegas terminó con la cadena de pizzerías abandonando el espacio cuando expiró su contrato de arrendamiento, agregaron las personas. Un portavoz de Domino’s confirmó que había utilizado CloudKitchens para una «prueba preliminar», pero decidió no continuar.
CloudKitchens ha tratado de establecer relaciones con otras cadenas de comida rápida como Wendy’s, dijeron personas involucradas en las discusiones. Sin embargo, los ejecutivos de Wendy’s se han alejado de las cocinas fantasma y anunciaron este año que cerrarían las ubicaciones en Estados Unidos que habían abierto con Reef, un competidor de CloudKitchens.
El director ejecutivo de Wendy’s dijo en una conferencia telefónica sobre resultados en marzo que «no preveía que las cocinas de entrega a domicilio fueran un elemento importante de nuestra trayectoria de crecimiento».
Barclays, Goldman, JPMorgan, King Street, Microsoft y Wendy’s declinaron hacer comentarios.
Los ejecutivos de la industria de restaurantes han ofrecido opiniones encontradas sobre las cocinas fantasma, que alquilan almacenes sin marca para realizar y procesar pedidos de entrega. Si bien es mucho más barato abrir las ubicaciones que un restaurante completo, no siempre se encuentran en ubicaciones privilegiadas.
Los pequeños restaurantes luchan por la visibilidad en las aplicaciones de entrega a domicilio, donde compiten con los restaurantes establecidos. Un ex empleado de CloudKitchens lo describió como un “juego de marketing en redes sociales, que es muy difícil” para los pequeños restaurantes que lanzan su negocio a través de una cocina fantasma.