El histórico Burcht de Wedde, los molinos de viento y varias casas de pueblo figuran en una lista de edificios de los que el municipio de Westerwolde puede deshacerse.
El listado está incluido en el Plan Estratégico Inmobiliario que fue presentado al ayuntamiento por el alcalde y los concejales.
Derrochar mucho
Este plan contiene escenarios con opciones sobre cómo Westerwolde puede afrontar los numerosos edificios que posee en los próximos años. El punto de partida es que deben lograrse ahorros considerables en los costes de dichos edificios.
Según B y W, estos ahorros se pueden lograr, en primer lugar, gastando menos dinero en mantenimiento. Se puede ahorrar un cuarto de millón de euros al año reduciendo el “nivel de mantenimiento”.
Pero al hacerlo, si se trata de B y W, también se eliminará una gran cantidad de edificios. El escenario preferido por B y W y que se presentará al ayuntamiento para su aprobación incluye los molinos de viento de Vriescheloo, Bellingwolde, Bourtange, Ter Haar y Veelerveen y los centros comunitarios de Wedde, Veelerveen y Rhederbrug.
“Es precisamente importante que las instalaciones permanezcan”
“Esto no significa que queramos demoler o cerrar esos edificios”, subraya el concejal Henk van der Goot (Intereses Municipales). “Creemos que es importante que las instalaciones permanezcan. Pero queremos explorar, con los usuarios, si podemos mantenerlos de manera que ya no sean de nuestra propiedad. Lo que significa que tenemos menos costos. Actualmente gastamos alrededor de 4 millones al año en nuestros edificios. Es importante que esa cantidad se reduzca”.
Según Van der Goot, la misma historia se aplica al Burcht. “También queremos ver si podemos conservarlo en buen estado, sin que sigamos siendo propietarios”.
Propiedad de la comunidad
De Burcht se utiliza en parte como hotel para niños y está gestionado por una fundación. “Tenemos un contrato de arrendamiento con el municipio sobre el que tenemos el primer derecho de compra”, afirma el presidente Frank Ferrari. “Pero creo que un edificio con tanta historia debería permanecer en posesión de la comunidad, es decir, del municipio”.
Geert Dekker es director de la fundación que gestiona el centro rural De Voortgang en Wedde y tiene la cabeza dura ante una privatización. “Esa sería una construcción complicada porque también hay empresarios en el edificio. Y como base, realmente no podemos soportar los costes de mantenimiento del edificio”.