“Las autoridades israelíes han utilizado la violencia contra los palestinos durante décadas”, afirmó Human Rights Watch. Según el informe, las autoridades no exigieron sistemáticamente responsabilidades a sus fuerzas armadas cuando las fuerzas de seguridad mataron a palestinos, incluidos niños.
Para 2022, al menos 204 palestinos habrán muerto en la violencia perpetrada por las fuerzas israelíes. El nuevo informe afirma que 34 de estas personas eran menores de edad. También parece que el número de niños que mueren aumenta anualmente.
El informe también destaca que esta violencia a menudo se produce sin consecuencias legales. Por ejemplo, el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem, que ha estado presentando denuncias de asesinato ante el ejército israelí durante décadas, calificó el sistema de aplicación de la ley israelí como un “mecanismo de lavado de dinero”. En 2021, sólo el 1,2 por ciento de las 4.401 denuncias presentadas al Departamento de Investigaciones Internas de la Policía resultaron en una acusación.
“Los niños palestinos viven en una realidad de apartheid y violencia estructural, donde pueden ser fusilados en cualquier momento sin ninguna perspectiva seria de responsabilidad”, dijo Bill van Esveld, director de derechos del niño de HRW. “A menos que los aliados de Israel, particularmente Estados Unidos, presionen a Israel para que cambie de rumbo, más niños palestinos morirán.”
Cuatro asesinatos
Cuatro de los 34 asesinatos fueron explorados más a fondo en el informe. Los investigadores hablaron con testigos, familiares, residentes y trabajadores de campo de organizaciones de derechos humanos palestinas e israelíes. Investigaron, entre otras cosas, el caso de Mahmoud al-Sadi (17), asesinado por tropas israelíes el 21 de noviembre de 2022 mientras caminaba hacia la escuela.
El ejército israelí no hizo comentarios sobre la muerte de Mahmoud, y sólo respondió que sus tropas habían llevado a cabo redadas de arresto en el campo de refugiados cercano en ese momento. En realidad, los tiroteos tuvieron lugar en una de las casas de los combatientes israelíes, cerca de donde dispararon a Mahmoud.
Según testigos presenciales, Mahmoud no empuñaba ningún arma. Human Rights Watch pudo confirmar más tarde esta información después de ver el vídeo de una cámara de vigilancia. Después de que cesaron los disparos a lo lejos y las tropas israelíes se retiraron, un solo disparo disparado desde un vehículo militar israelí alcanzó a Mahmoud.
“Los aliados de Israel deben afrontar esta desagradable realidad y crear una presión real para que se rindan cuentas”, dijo van Esveld, empleado de HRW.