El atletismo es la forma más elevada de teatro de todos los deportes y produce la televisión más bella imaginable.


Arno Haijtema

La escritora Ilja Leonard Pfeijffer intervino el sábado de Volkskrant la alabanza de Homero. Servicio Ilíada lo ha moldeado “sobre todo los libros”. Las epopeyas de Homero son tan grandiosas, convincentes y poéticas que en el mundo antiguo, según Pfeijffer, “se tarareaban de fondo todo lo que sucedía”. Además, me preguntaba, ¿en el atletismo, el deporte más antiguo, que tiene sus orígenes en los antiguos griegos?

Sifan Hassan, tras ganar el bronce en los 1.500 metros.Imagen NOS

El martes vi durante tres horas el Campeonato Mundial de Atletismo en Budapest y, teniendo en cuenta las palabras de Pfeijffer, me identifiqué sin esfuerzo con los espectadores de hace casi tres mil años. Así como Pfeijffer descubrió a Homero hace unos años para su desenfrenada alegría, así finalmente se me cayó la balanza de los ojos al ver el vertiginoso drama griego lleno de arcos tensos que gracias a Deportes de estudio NOS es presentado. El atletismo es la forma más elevada de teatro de todos los deportes. Y el registro produce la televisión más bella imaginable.

Mire los cuerpos esculpidos en granito de las mujeres que corren, sus piernas chirriando como los pistones de una locomotora. Admire sus cortes de pelo abigarrados y estremezca ante la mirada victoriosa, la superioridad sobre la lamentable competencia, muriendo en la pista de tartán. Qué maravilloso ver su carrera de diez segundos a vista de pájaro, con la cámara a una altura celestial.

Vea cómo la holandesa Jorinde van Klinken está encantada de navegar en disco en su quinto intento (esté siempre atento al quinto, predijo el comentarista), hasta ahora que puede soñar con la plata. Para finalmente, trágicamente, acabar como un cuarto sin gloria por enésima vez.

Siente el dolor del favorito de los 400 m cayendo al suelo con un desgarro en el tendón de la corva después de tres cuartos de carrera de la serie. El malestar de los corredores, que dudaban de si estaban suficientemente bien para las semifinales, marcó su destino y plaza publica esperar asientos calientesSofás Ikea de cuero y fáciles de limpiar junto a una mesa de cartón prensado. Camina siempre por la cuerda floja, esos 400 metros, dice el comentarista, porque la acidificación no debe llegar demasiado pronto. Y si ella ataca después de tres cuartos del camino, tienes que seguir adelante.

Calcular, luchar, sufrir, caer, perder y, en ocasiones, triunfar: todos los ingredientes del melodrama están presentes, pero el periodista de NOS, Jeroen Stekelenburg, no busca lágrimas. Sobrio, cuestiona a los deportistas exhaustos que ya han rendido cuentas de sus logros. Resulta en hermosas mezclas de euforia, análisis, superación del dolor y recopilación de coraje. Y confianza infinita; Nunca un deportista dice: ahora lo dejo.

A última hora de la tarde del martes, Sifan Hassan se presentó en Stekelenburg. Tras caer anteriormente en los 10.000 metros, ahora había ganado el bronce en los 1.500. Del Hades al Olimpo en dos días. Las maravillosas palabras de Hassan se convirtieron en música. Y en la sala todos tarareaban todo lo que ella decía.



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