Él llama, el Toro responde. Y el reto entre los maestros de la Serie A ya te está dando vueltas la cabeza

Osimhen y Lautaro se presentaron con doblete, solo para reiterar un concepto: son los hombres de portada del campeonato. Y a muchos les gustan. Incluso en Arabia…

Mateo Nava

En una Serie A todavía en busca de sí misma, asustada por las cuentas corrientes de Arabia Saudí y las rabietas del mercado de fichajes, el primer sábado bastó para reiterar al resto del mundo quiénes son los hombres de portada del campeonato italiano. Víctor Osimhen y Lautaro Martínez, emparejados en lo más alto de la tabla de goleadores con los dobletes con los que resolvieron los casos Frosinone y Monza: los primeros de la temporada, los que sirven para sacudirse el letargo del verano y el calor del mediodía. Agosto.

DEJA VU

Lejos de apretar piernas y respirar para construir, el nigeriano y el argentino no se aprovisionaron en el buffet de excusas y se presentaron en la puerta de salida deslumbrantes y hambrientos como lo habían estado durante toda la temporada pasada, destrozando los dos primeros lugares de los antiguos rankings de máximos goleadores (26 y 21 pívots respectivamente): ahora ya han puesto el listón para los demás que quieren subirse al carro de los bombarderos de pura raza. Es el primero del tren de la Serie A, el que tira del espectáculo del campeonato italiano con el motor. Rudi García y Simone Inzaghi, como todos, no tenían dudas: el fútbol se juega con 11 jugadores más suplentes, pero si tienes al Rey Midas de los goles entre ellos, todo se vuelve más fácil.

v de victor

El Osimhen decidió el Frosinone-Nápoles después de que Matteo Politano lo hubiera enderezado al igualar la momentánea ventaja amarillo-azul. Nada nuevo en los ingredientes, los mismos con los que lleva cocinando defensas rivales desde que creció alimentándose de goles: Víctor ve el gol, jodidamente bien. Y lo hace de una forma extremadamente eficaz tanto en el caso de que haya que controlar el área para rematar, como cuando hay metros entre él y la portería en los que quemar a defensores y perseguidores antes de rematar al fondo de la red. El 2-1 del gol cae en el primer caso, el trío en el segundo: en ambas acciones le sirvió Giovanni Di Lorenzo que, como antes Luciano Spalletti y ahora García, sabe en quién apoyarse en la delantera. La primera razón por la que se puede soñar con un bis en Nápoles es precisamente el talento de 24 años.

ambiciones justificadas

En Milán, nadie esconde los objetivos del equipo. El propio Simone Inzaghi habló de la segunda estrella y Lautaro asegura la serenidad necesaria para poder soñar despierto. Si Giuseppe Meazza dio forma espectacular a una noche estrellada a pocos minutos del final cantando al unísono con las antorchas de los teléfonos encendidas es porque Monza cayó bajo los golpes del Toro. Dos, como Osimhen, ambos nacidos de lecturas visionarias del tiempo y el espacio. Denzel Dumfries lo conoce desde hace dos años, Marko Arnautovic desde hace unos días: exactamente el mismo resultado, el balón se va al espacio y unos instantes después el vacío lo ocupa Lautaro. Al final del partido, el argentino habló de «dar una señal». ¿A quién? Al campeonato ya la competición, entendidos como equipos y como compañeros, incluidos el Napoli y el propio Osimhen. Quizás la señal también sea para campeonatos extranjeros, incluida Arabia Saudita. La Serie A tiene sus hombres de portada. Y ya han empezado a marcar.





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