“Pasé el sábado y le pregunté a mi hermana qué había organizado el municipio”, cuenta Nadia al diario local ‘La Provence’. “Cuando vi el programa colgado en el hall del edificio, me di cuenta de que el evento no lo organizaba el municipio”.
Para saber quién estaba detrás de la organización bastaba un vistazo a las redes sociales. Los traficantes de drogas compartieron una serie de videos para resaltar sus actividades. Fue un truco para marcar su territorio.
Hay miedo entre los vecinos, según Mongi Magri, del colectivo ciudadano ‘Le chemin de l’école en toute sécurité’ (El camino seguro a la escuela, ed.), que quiere dar voz al pueblo contra la violencia de las bandas . “El verdadero temor es que estos traficantes de drogas controlen totalmente el vecindario”, dijo Mongi.
Para Nadia, este ‘tour de force’ del entorno delictivo es “una prueba del fracaso del Estado de derecho”. “Cuando un estado falla, otros toman su lugar”.
El parque de atracciones, para el que no se había dado permiso, permaneció en pie todo el fin de semana antes de ser desmantelado. El ayuntamiento ha presentado una denuncia contra personas desconocidas.