Que algo no salió bien lo demuestra también el frenesí con el que el club puso sus joyas en el mercado, Vlahovic y Chiesa…
Hay tantas maneras de admitir tus errores. Pedir disculpas, que es la forma más sencilla y transparente. O anunciando un nuevo rumbo (?) y en consecuencia el deseo de revolucionarlo todo. La Juve ha elegido este segundo camino, que sin embargo -implícitamente- es la radiografía de todo lo (mal) que ha pasado en los últimos años. Incluso desde un punto de vista técnico.