Menos del 20 por ciento de los votantes elegibles de México emitieron su voto en el polarizador referéndum revocatorio del domingo que fue boicoteado por gran parte de la oposición.
Se proyectó que el presidente Andrés Manuel López Obrador ganaría más del 90 por ciento de los votos, según el organismo electoral INE. El resultado final de la votación, que preguntaba si López Obrador debería terminar el resto de su mandato de seis años, se conocerá en los próximos días.
La participación en el referéndum estuvo entre el 17 y el 18,2 por ciento, según las proyecciones del INE, muy por debajo del 40 por ciento necesario para que el resultado sea vinculante. El líder nacionalista, que disfruta de índices de aprobación de alrededor del 60 por ciento y ganó una elección aplastante en 2018, presentó el voto revocatorio en su contra.
En la primera mitad de su mandato, López Obrador implementó fuertes recortes presupuestarios y amplió los programas sociales para personas mayores y jóvenes que buscan trabajo. También centró la inversión pública en un puñado de proyectos emblemáticos, incluida una refinería de petróleo, un viaje en tren turístico de 1.400 km y un nuevo aeropuerto para la capital.
La recuperación económica de México ha sido lenta, con la inversión frenada por la incertidumbre política y una tasa de homicidios casi récord. López Obrador también se ha enfrentado con EE. UU. por la reforma energética diseñada para favorecer a la compañía eléctrica estatal, con una votación crucial programada para esta semana.
Pero los críticos y la oposición dijeron que la votación era una farsa de 80 millones de dólares diseñada para aumentar la popularidad del presidente. Temen que López Obrador quiera permanecer en el poder más allá del límite de un mandato de México y que esté tratando de socavar al INE.
López Obrador, quien ha negado que esté buscando la reelección, ha llamado al INE, una piedra angular de la democracia relativamente joven de México, antidemocrático y lo acusó de actuar ilegalmente. Recientemente dijo que impulsaría una reforma para elegir directamente a los miembros de la junta directiva del INE.
Muchos votantes, sin embargo, siguen siendo leales al presidente, a quien ven como un político raro e incorruptible que pasa tiempo en los pueblos pequeños del país reuniéndose con gente normal.
Mercedes Santamaría, del estado natal del presidente, Tabasco, dijo que tres años no eran suficientes para acabar con la corrupción y la impunidad y que las condiciones estaban mejorando con López Obrador.
“Estoy muy contento de que haya redirigido dinero que antes era para que los burócratas se llenaran los bolsillos. . . mientras la gente se moría de hambre”, dijo el hombre de 65 años frente a un colegio electoral.