Aunque las fiestas rave ilegales podrían cerrarse con bastante rapidez anoche y mañana en Oud-Heverlee y Wuustwezel, nuestras autoridades aún esperan un verano cálido. Con decenas de los llamados ‘sound system’ -o colectivos que organizan una fiesta cada fin de semana en un lugar remoto o desierto-, la escena rave belga prospera como nunca antes: “Nadie lo hace porque es ilegal, nosotros lo hacemos porque no hay de otra manera.”
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