Khuseyn Dzhambetov es un checheno que fue a luchar contra los rusos en Ucrania. Allí se convirtió en un héroe. Pero ahora ha desertado y está literalmente acurrucado con el “sabueso de Putin”, Ramzan Kadyrov. Los ucranianos creen que siempre ha sido un espía. Y no solo uno. Porque habla holandés con un fuerte acento limburgués y parece haber dirigido una carnicería en una calle flamenca entre semana durante años.
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