Botellas de espuma de ducha, cajas de Merci, tazas con ‘eres el mejor’ y sin olvidar los muchos blocs de notas, bolígrafos y paquetes de té… los profesores y maestros se desbordan de agradecimiento en el último día de clases. “Es realmente demasiado bueno”, dice la señorita Marga van Keken. “Una tarjeta simple es mucho más personal”.
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