El ejecutivo obligó a cerrar con De Laurentis el 30 de junio, luego a partir del sábado la Juventus podría depositar cualquier nuevo acuerdo. De lo contrario…
La Juve espera a Giuntoli y Giuntoli quiere a la Juve. Pero hay una tercera rueda, y responde al nombre de Aurelio De Laurentiis. El presidente del Napoli también está en una posición fuerte, ya que el club de Campania tiene un contrato que vincula al director deportivo hasta junio de 2024. Quizá Giuntoli esperaba que la victoria del Scudetto -gracias también a una campaña de fichajes realizada con asombrosa habilidad- suavizara la patrón azul, quizás el técnico pretendía convencerle poniendo en bandeja su renuncia a 4 millones de euros brutos, entre sueldos y el Scudetto. Sea como fuere, hasta ahora todas las expectativas se han visto defraudadas. Con el diesse aún ligado al club azulgrana y sin poder firmar un acuerdo ya ampliamente encontrado con la Juve.
La situación¿Y ahora? ahora el primero fecha límite comienza mañana: el 30 de junio es, de hecho, oficialmente el último día de la última temporada competitiva, aquella en la que Giuntoli debe liberarse de Nápoles. Entonces la discusión no se cierra automáticamente, pero la perspectiva se vuelve más complicada: para poder trabajar en la Juve, Giuntoli necesitaría de hecho una exención federal, una solución que el club de la Juventus no aprecia. Mientras tanto, sin embargo, no hay novedades: Giuntoli regresó ayer de una cita de negocios en Ibiza pero no hubo encuentro con De Laurentiis, de quien el diesse espera respuesta.
Los prospectosUna situación de estancamiento que se transmite semana a semana, interrumpida por algunas llamadas telefónicas que, sin embargo, aún no ha dado luz verde a Giuntoli, ni siquiera después de que Rudi García se haya convertido en el nuevo entrenador de los napolitanos. Con la Juve que, si el asunto Giuntoli-Napoli no concluye mañana 30 de junio, parece dispuesta a continuar con la estructura societaria actual, por tanto con Manna como único director deportivo, en lugar de pedir a la federación la autorización que le permitiría un ejecutivo en un contrato de “vacaciones”. Pero se dice que el capítulo final de la historia no se ha escrito.
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