Las acciones de la anciana se destacaron. Varios asistentes al festival hicieron videos del festival del agua. Gorter-Van Leeuwen aún no se había dado cuenta de que miles de personas respondieron a esto. “En la ciudad también decían: qué bonito, qué bonito. ¿Pero que tengo a miles de personas como fan? Eso no”, sonríe.
En los videos parece que el agua de las armas no se estaba acabando. “Ciertamente recibí ayuda. La gente los llenó y luego los volví a obtener. Y una mujer vino con una tina y luego pude llenarlos nuevamente”.
Ella encuentra que es lo más normal del mundo que Gorter-Van Leeuwen haya dado un poco de alegría extra a la 92.ª edición del TT saliendo de un lugar a otro. “Camino paso a paso, pero llegaré. Tengo que descansar de vez en cuando, pero seguir adelante”, concluye combativa.